El Gobierno de Filipinas ha impuesto a la Administración una serie de medidas de austeridad para combatir la inflación y el elevado precio del barril de petróleo, que en el de referencia en Europa, el Brent, se pagó hoy a 124,36 dólares en la apertura de la bolsa de Londres.

La presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, ordenó a los distintos ministerios y agencias reducir en un 10 por ciento el consumo de carburante en el transporte y apagar el aire acondicionado a las 16.30, "excepto aquellos que trabajan las 24 horas", empezando este mes.

La directiva presidencial difundida hoy y firmada el 2 de junio obliga a reemplazar todas las bombillas incandescentes por otras de consumo menor para julio y transformar el 20 por ciento del parque automovilístico oficial en las principales ciudades en consumidor de gas líquido para el próximo septiembre.

Los departamentos de Energía y de Ciencia y Tecnología proporcionarán en el futuro otras medidas de ahorro de energía.

La mandataria filipina también creó en otra orden ejecutiva, del mismo día, el Consejo Nacional de Energía y Alimentos, para buscar y presentar soluciones a la crisis de los precios mundial y vigilar la situación.

El mercado bursátil de Manila cedió hoy un 0,1 por ciento en espera de conocer el dato de la inflación en mayo y si el banco central subirá, mañana, las tasas de los tipos de interés en un cuarto de punto.

La inflación interanual de Filipinas se situó en el 8,3 por ciento en abril, que marcó el máximo en tres años.