El tifón "Juan" abandonó ayer la isla filipina de Luzón hacia el Mar de China Meridional con un balance provisional de 10 muertos, una veintena de heridos y cuantiosos daños en las cosechas de arroz, según fuentes oficiales.

La Comisión Nacional de Prevención de Desastres informó de la muerte de una mujer y sus hijos de dos y cuatro años aplastados por un árbol, que fue derribado por el vendaval sobre su casa en Pangasinan, 300 kilómetros al norte de Manila.

En esa misma provincia falleció un hombre alcanzado por un rayo mientras cuatro personas perdieron la vida ahogadas por la crecida de los ríos en las provincias de Isabela y Cagayany, y otras dos murieron aplastadas por árboles en Kalinga y Benguet.

La tormenta de mayor fuerza de los últimos cuatro años, que tocó tierra anteayer con vientos sostenidos de 225 kilómetros y rachas de 260, también causó al menos 20 heridos, cortes de carreteras, inundaciones y desprendimientos de tierra que dejaron aisladas varias poblaciones.

El temporal ha acabado con 230.000 toneladas de arroz en los cultivos de la zona de Cagayan Valley, principal sustento alimenticio para la mayoría de los filipinos.

Los aguaceros y vendavales también dañaron el suministro eléctrico y los apagones afectaron a más de tres millones de personas en seis provincias del norte del país.

El servicio nacional de meteorología, Pagasa, ha rebajado el nivel de alerta de 4 a 3 en una escala sobre 5 después de el tifón perdiera intensidad al tocar tierra.

Pese a que el ojo ya ha abandonado el país, los meteorólogos mantienen la alerta en gran parte de la isla de Luzón, incluida Manila, donde se esperan fuertes lluvias y han sido suspendidas las clases.