jueves, 4 de noviembre de 2010
Las elecciones municipales dejan un balance de 39 muertos en Filipinas
Al menos 39 personas murieron en actos de violencia política durante los dos meses de campaña para las elecciones municipales que se celebraron el pasado 25 de octubre, informaron fuentes policiales.
La cifra es similar a la registrada en la misma llamada a las urnas en 2007, según el subjefe de operaciones de la Policía, Benjamin Belarmino.
Durante la jornada electoral del lunes ocurrieron los últimos asesinatos.
En la provincia de Masbate, al sureste de Manila, dos hermanos de un candidato a jefe de barrio local fueron acribillados a balazos por sicarios supuestamente a sueldo del aspirante rival, uno de cuyos aliados fue luego apuñalado hasta la muerte con un machete.
Más al norte, en Aurora, un candidato a concejal fue tiroteado delante de su granja familiar en la ciudad de Baler.
Además, el sobrino de un jefe de barrio perdió la vida tras recibir varios disparos cuando iba a votar en una población de la provincia de Lanao del Sur, en la convulsa isla de Mindanao.
Millones de filipinos acudieron a las urnas para elegir a sus representantes en los más de 42.000 municipios repartidos por todo el país y con las fuerzas de seguridad en alerta máxima para impedir actos de violencia.
La jornada transcurrió con relativa calma, para lo que suelen ser los procesos electorales en el país, donde hasta pasadas 24 horas de las elecciones están prohibidas las armas y el consumo de alcohol.
Por diversos problemas técnicos, como falta de papeletas, las elecciones fueron suspendidas durante 24 ó 48 horas en más de 1.500 circunscripciones.
Los comicios a nivel de "barangay" (barrio) son tradicionalmente las más violentas de Filipinas, y según la Policía, los culpables de son los ejércitos privados de los políticos que se disputan los cargos.
La cifra es similar a la registrada en la misma llamada a las urnas en 2007, según el subjefe de operaciones de la Policía, Benjamin Belarmino.
Durante la jornada electoral del lunes ocurrieron los últimos asesinatos.
En la provincia de Masbate, al sureste de Manila, dos hermanos de un candidato a jefe de barrio local fueron acribillados a balazos por sicarios supuestamente a sueldo del aspirante rival, uno de cuyos aliados fue luego apuñalado hasta la muerte con un machete.
Más al norte, en Aurora, un candidato a concejal fue tiroteado delante de su granja familiar en la ciudad de Baler.
Además, el sobrino de un jefe de barrio perdió la vida tras recibir varios disparos cuando iba a votar en una población de la provincia de Lanao del Sur, en la convulsa isla de Mindanao.
Millones de filipinos acudieron a las urnas para elegir a sus representantes en los más de 42.000 municipios repartidos por todo el país y con las fuerzas de seguridad en alerta máxima para impedir actos de violencia.
La jornada transcurrió con relativa calma, para lo que suelen ser los procesos electorales en el país, donde hasta pasadas 24 horas de las elecciones están prohibidas las armas y el consumo de alcohol.
Por diversos problemas técnicos, como falta de papeletas, las elecciones fueron suspendidas durante 24 ó 48 horas en más de 1.500 circunscripciones.
Los comicios a nivel de "barangay" (barrio) son tradicionalmente las más violentas de Filipinas, y según la Policía, los culpables de son los ejércitos privados de los políticos que se disputan los cargos.
Etiquetas: noticas de actualidad