martes, 30 de septiembre de 2008
Asturias alarga hasta 4 años los trámites de la adopción internacional
La espera para conseguir el certificado de idoneidad supera hasta 3 veces el límite de seis meses establecido por la ley. La Administración de Asturias trabaja peor que la de Etiopía.
En 2007 se realizaron 124 solicitudes de adopción internacional en Asturias. Sin embargo, la mayoría de ellas todavía no han sido evaluadas. Las familias adoptantes se quejan de los largos plazos de espera y de la desidia de la Administración. Según la Consejería de Bienestar Social, las causas que motivan el incumplimiento del plazo legal -establecido en seis meses- se deben a cambios de personal en los equipos que deben tramitar las solicitudes. En su memoria de 2007, la procuradora general, María Antonia Felgueroso, criticaba el trabajo de Bienestar Social e instaba a sus funcionarios a cumplir la normativa.
Los procesos de adopción internacional suelen durar, al menos, un par de años. En el Principado, la espera de muchas familias adoptantes se alarga incluso hasta los cuatro. La asociación de adoptantes de Asturias, Asturadop, denuncia la falta de transparencia durante el proceso, la escasez de información por parte de la Administración, la inexistencia de formación pre y post-adoptiva y la «privatización» del servicio de obtención del certificado de idoneidad, documento imprescindible para realizar los trámites.
El camino burocrático que tienen que recorrer las familias que deciden adoptar es largo y se parece más a una carrera de obstáculos que a un simple papeleo. En primer lugar, los adoptantes realizan su solicitud. Tras obtener el certificado de idoneidad, se envía el expediente al país del menor, se espera la asignación y, si todo va bien, se realiza el viaje. Entonces comienza el proceso de post- adopción. A simple vista no parece algo muy complicado. El pasado año, 43 niños de países extranjeros fueron adoptados por familias asturianas.
El certificado de idoneidad es un documento indispensable para poder seguir realizando los trámites de la adopción. Lo otorgan las comunidades autónomas exclusivamente. Para conseguirlo, las familias se someten a un estudio psicosocial que es realizado, bien por técnicos de la Unidad de Adopción de la comunidad autónoma, bien por turnos de intervención profesional de los colegios de trabajadores sociales y psicólogos (TIPAI). Esta segunda opción suele agilizar los trámites, pero es necesario abonar el coste. Aunque algunas comunidades autónomas ya trabajan con TIPAI desde hace años -incluso asumen su coste- en Asturias, esta opción entró en funcionamiento a principios de junio de 2008. Esta medida se implantó a raíz de la insistencia de muchas familias, que creían que la externalización del proceso de evaluación paliaría los retrasos. Lo que jamás se imaginaron fue que tendrían que pagar ellas los 998 euros. «Hay gente desesperada que se ve obligada a pagar», afirma Santiago Rodríguez, miembro de Asturadop. Las familias sostienen que lo único que se ha conseguido ha sido «privatizar un servicio público».
Asturadop se creó en 2005 y aúna a más de 130 familias que se enfrentan a plazos de espera muy superiores a los que contempla la legislación. En ésta se establece un plazo máximo de 6 meses para obtener el certificado de idoneidad, pero cada pareja espera 20 meses de media. La asociación viene denunciando desde hace tiempo la falta de recursos dedicados a la adopción en el Principado de Asturias.
Asturadop había estado manteniendo reuniones periódicas con responsables de la Consejería, pero, según palabras de su presidente, Joaquín García, «desde hace dos meses ni nos reciben, pese a nuestra insistencia mediante correos electrónicos o escritos».
El Principado dispone de tres equipos para tramitar los expedientes de adopción internacional. En 2007, según Bienestar Social, se revisaron un total de 110 expedientes. Otras comunidades autónomas obtienen resultados bien diferentes: 80 expedientes por equipo.
La consejera de Bienestar Social, Pilar Rodríguez, afirmó hace solo unos días que, en 2007, se habían presentado 83 solicitudes de adopción internacional, de las que 63 habían sido evaluadas y 50 resueltas, algo distinto de lo que sostienen las familias. Un ejemplo es el caso de Santiago Rodríguez y su esposa, que tienen la solicitud número 4 del año pasado y aún no ha sido evaluados.
El proceso desde que se inicia hasta que el niño llega a España dura entre tres años y medio y cuatro años, una larga espera a la que las parejas asturianas no se acaban de acostumbrar.
Cristina Cartes
LaNuevaEspaña.es
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