lunes, 18 de julio de 2011
Filipinas se queda sola en su rechazo al divorcio
La ley del divorcio aprobada hace unas semanasa en Malta ha reavivado el debate en la católica Filipinas, que se ha quedado como el único país del mundo junto al Vaticano donde no está permitida la disolución legal de un matrimonio.
El partido feminista Gabriela ha aprovechado el revuelo provocado por la ratificación de la norma en la nación mediterránea para reactivar hoy en el Congreso una propuesta de ley atascada desde 2010 que permita divorciarse a los filipinos.
La ley es una vieja aspiración de numerosos parlamentarios que en el pasado se han estrellado una y otra vez con la granítica oposición de la poderosa Iglesia Católica, a la que muchos congresistas no se atreven a contradecir por miedo a que les reste votos.
'En la edad oscura'
"No dejemos a nuestro país en la edad oscura. Apelo a mis colegas del Congreso a que dejen que la maquinaria legislativa siga su curso sin más retrasos para dar una opción a las parejas filipinas atrapadas en matrimonios infelices y sin arreglo", afirmó Luzviminda Ilagan, la diputada feminista impulsora de la iniciativa.
La propuesta de Gabriela establece que se podrán acoger al divorcio aquellas parejas que hayan vivido separadas durante al menos cinco años, en las que uno de los cónyuges demuestre incapacidad mental o cuando existan diferencias irreconciliables.
Uno de los argumentos más repetidos por los defensores de la ley es que protege los derechos de las miles de mujeres que sufren maltrato físico o psicológico en un país donde casi 7.000 mujeres son golpeadas de forma habitual por sus maridos, según datos de la Policía.
Reacción de la Iglesia
Pero la jerarquía eclesiástica filipina, embarcada desde hace meses en una cruzada contra la ley de planificación familiar que quiere sacar adelante el Gobierno, ha redoblado los tambores de guerra ante el nuevo frente abierto.
"Nos enfrentaremos a cualquier intento de introducir el divorcio en el país", advirtió el arzobispo de Lipa, Ramón Argüelles.
Su compañero encargado de la diócesis de Dagupan, el arzobispo Oscar Cruz, se mostró "muy contento" de que la suya sea la única nación del mundo sin divorcio "porque significa que los valores culturales filipinos siguen siendo sólidos".
Políticos conservadores
Los políticos más conservadores, como el diputado y campeón mundial de boxeo Manny Pacquiao, se han apresurado a cerrar filas ante los dictados de la Conferencia Episcopal porque en su opinión la disolución legal del matrimonio "degrada la importancia de la institución familiar".
Pacquiao -casado pero envuelto en varios líos de faldas como 'buen macho' que se precie en Filipinas- defendió que las parejas que sufren diferencias irreconciliables "debían haberlo pensado mejor" antes de pasar por el altar.
Mientras tanto, el Ejecutivo todavía no se ha pronunciado, aunque el presidente, Benigno Aquino, ya declaró hace un año que no estaba de acuerdo.
El partido feminista Gabriela ha aprovechado el revuelo provocado por la ratificación de la norma en la nación mediterránea para reactivar hoy en el Congreso una propuesta de ley atascada desde 2010 que permita divorciarse a los filipinos.
La ley es una vieja aspiración de numerosos parlamentarios que en el pasado se han estrellado una y otra vez con la granítica oposición de la poderosa Iglesia Católica, a la que muchos congresistas no se atreven a contradecir por miedo a que les reste votos.
'En la edad oscura'
"No dejemos a nuestro país en la edad oscura. Apelo a mis colegas del Congreso a que dejen que la maquinaria legislativa siga su curso sin más retrasos para dar una opción a las parejas filipinas atrapadas en matrimonios infelices y sin arreglo", afirmó Luzviminda Ilagan, la diputada feminista impulsora de la iniciativa.
La propuesta de Gabriela establece que se podrán acoger al divorcio aquellas parejas que hayan vivido separadas durante al menos cinco años, en las que uno de los cónyuges demuestre incapacidad mental o cuando existan diferencias irreconciliables.
Uno de los argumentos más repetidos por los defensores de la ley es que protege los derechos de las miles de mujeres que sufren maltrato físico o psicológico en un país donde casi 7.000 mujeres son golpeadas de forma habitual por sus maridos, según datos de la Policía.
Reacción de la Iglesia
Pero la jerarquía eclesiástica filipina, embarcada desde hace meses en una cruzada contra la ley de planificación familiar que quiere sacar adelante el Gobierno, ha redoblado los tambores de guerra ante el nuevo frente abierto.
"Nos enfrentaremos a cualquier intento de introducir el divorcio en el país", advirtió el arzobispo de Lipa, Ramón Argüelles.
Su compañero encargado de la diócesis de Dagupan, el arzobispo Oscar Cruz, se mostró "muy contento" de que la suya sea la única nación del mundo sin divorcio "porque significa que los valores culturales filipinos siguen siendo sólidos".
Políticos conservadores
Los políticos más conservadores, como el diputado y campeón mundial de boxeo Manny Pacquiao, se han apresurado a cerrar filas ante los dictados de la Conferencia Episcopal porque en su opinión la disolución legal del matrimonio "degrada la importancia de la institución familiar".
Pacquiao -casado pero envuelto en varios líos de faldas como 'buen macho' que se precie en Filipinas- defendió que las parejas que sufren diferencias irreconciliables "debían haberlo pensado mejor" antes de pasar por el altar.
Mientras tanto, el Ejecutivo todavía no se ha pronunciado, aunque el presidente, Benigno Aquino, ya declaró hace un año que no estaba de acuerdo.
Etiquetas: noticas de actualidad