jueves, 12 de enero de 2012
21 días con Pablo
Suena a título de peli, a buen título de peli por supuesto. Hoy hace 21 días del maravilloso e inolvidable encuentro con nuestro hijo (24/10/2011).
En estos 21 días nos hemos desesperado, hemos reído (lo que más), hemos visto como, mucho más rápido de lo que nos esperábamos, Pablo se ha reído a carcajadas, ahora lo hace cada dos por tres. Es hermoso cuando se ríe por las mañanas cerca de tu carita ¡Dios, esos momentos no los cambiamos por nada!, pero sobre todo hemos aprendido, mucho, nos hemos dado cuenta de cómo hacemos de nuestros niños personas cómodas y casi inútiles, siempre encima de ellos, no respetando su libertad, su derecho a aprender, a caerse, a levantarse, a ensuciarse, a millones de cosas que evitamos sencillamente por nuestros miedos, no por el de ellos.
Pablo es un verdadero amor. Como bien se ha dicho en los foros de Filipinas, es cabezón como cada uno de los pequeños que han llegado a nuestras vidas, pero poco a poco, con mucha paciencia, mucha mano izquierda y con el NO, Pablo ha ido aprendiendo que no siempre se tiene que hacer lo que él quiera o diga. Los primeros días se cogía un enfado y algún que otro berrinche cuando no se le daba o no se hacía lo que él decía. A base de ingorar su comportamiento y luego enseñándole lo que debe hacer, estos enfados ya casi son inexistentes, aunque cuando aparecen ¡agárrate, que tiembla Tenerife!
Desde que llegamos de Filipinas nos reíamos porque decíamos que el volcán que estaba entrando en erupción en El Hierro era Pablo y, mira tú por donde, Pablo ha ido aplacando su carácter y el volcán ha ido aplacando su fuerza jejejeje.
No puedo más que contar cosas bonitas, sin olvidar la desesperación por nuestra adaptación a los horarios (lo peor que hemos llevado) que casi hemos alcanzado jejeje. Pablo es un niño muy autónomo, inteligente, observador, cariñoso y con muuuuuucho carácter (se nos cae la babaaaa). Come solo, le encanta comer, ayuda a ordenar y cuando se le dice que recoja lo hace sin rechistar (hubo un momento en que se enfurruñaba, sacaba el labio inferior y no quería recoger, pero parece que ha pasado o ¡nos está engañando el muy bandido!), es muy sociable, se va con todo el mundo, pero sin perder el norte de papá y mamá, le gusta dar besos, le encantan los perros, los animales en general, se vuelve loco con los coches, las motos y pelotas o balones ¡no para!
Anoche fue la primera noche en la que durmió solito (duerme solo en su habitación desde el primer día), quiero decir sin nosotros a su lado. Lo dejó su papá en su camita, comenzó con sus cantos en tagalo y poco a poco se quedó dormido hasta las 7.15 de la mañana en la que gritó ¡MAMÁAAAAAAAAAAAAAA! y ahí fue la mamá a cogerlo y meterlo con ella en la camita jejeje. Total que ya yo me desperté y él siguió durmiendo hasta las 9 ¡le encanta dormir!
Eso sí, ya no tenemos el tiempo de ocio que teníamos antes, pero no lo hechamos en falta, parece increíble pero el estar todo el tiempo ocupada te da nuevas energías, fuerzas, que al caer en la cama agradeces porque duermes como un verdadero lirón, hasta que oyes que te llaman o que tú crees que te llaman jejeje.
Estamos encantadísimos con nuestro peque. Nosotros apenas le entendemos cuando nos habla en tagalo, pero él lo entiende todo y esto es así desde el primer día, no sé si es puro instinto de supervivencia o que nuestros niños han desarrollado una habilidad especial para entender y hacerse enterder ¡INCREIBLE!
Bueno, ya seguiré contando el desarrollo de nuestra adaptación, porque la de Pablo está superada con una verdadera MATRÍCULA DE HONOR.
Besosssssss a todos de unos papás casi adaptadossssssssssssssssssssss,
Vicente, Mari y Pablo
En estos 21 días nos hemos desesperado, hemos reído (lo que más), hemos visto como, mucho más rápido de lo que nos esperábamos, Pablo se ha reído a carcajadas, ahora lo hace cada dos por tres. Es hermoso cuando se ríe por las mañanas cerca de tu carita ¡Dios, esos momentos no los cambiamos por nada!, pero sobre todo hemos aprendido, mucho, nos hemos dado cuenta de cómo hacemos de nuestros niños personas cómodas y casi inútiles, siempre encima de ellos, no respetando su libertad, su derecho a aprender, a caerse, a levantarse, a ensuciarse, a millones de cosas que evitamos sencillamente por nuestros miedos, no por el de ellos.
Pablo es un verdadero amor. Como bien se ha dicho en los foros de Filipinas, es cabezón como cada uno de los pequeños que han llegado a nuestras vidas, pero poco a poco, con mucha paciencia, mucha mano izquierda y con el NO, Pablo ha ido aprendiendo que no siempre se tiene que hacer lo que él quiera o diga. Los primeros días se cogía un enfado y algún que otro berrinche cuando no se le daba o no se hacía lo que él decía. A base de ingorar su comportamiento y luego enseñándole lo que debe hacer, estos enfados ya casi son inexistentes, aunque cuando aparecen ¡agárrate, que tiembla Tenerife!
Desde que llegamos de Filipinas nos reíamos porque decíamos que el volcán que estaba entrando en erupción en El Hierro era Pablo y, mira tú por donde, Pablo ha ido aplacando su carácter y el volcán ha ido aplacando su fuerza jejejeje.
No puedo más que contar cosas bonitas, sin olvidar la desesperación por nuestra adaptación a los horarios (lo peor que hemos llevado) que casi hemos alcanzado jejeje. Pablo es un niño muy autónomo, inteligente, observador, cariñoso y con muuuuuucho carácter (se nos cae la babaaaa). Come solo, le encanta comer, ayuda a ordenar y cuando se le dice que recoja lo hace sin rechistar (hubo un momento en que se enfurruñaba, sacaba el labio inferior y no quería recoger, pero parece que ha pasado o ¡nos está engañando el muy bandido!), es muy sociable, se va con todo el mundo, pero sin perder el norte de papá y mamá, le gusta dar besos, le encantan los perros, los animales en general, se vuelve loco con los coches, las motos y pelotas o balones ¡no para!
Anoche fue la primera noche en la que durmió solito (duerme solo en su habitación desde el primer día), quiero decir sin nosotros a su lado. Lo dejó su papá en su camita, comenzó con sus cantos en tagalo y poco a poco se quedó dormido hasta las 7.15 de la mañana en la que gritó ¡MAMÁAAAAAAAAAAAAAA! y ahí fue la mamá a cogerlo y meterlo con ella en la camita jejeje. Total que ya yo me desperté y él siguió durmiendo hasta las 9 ¡le encanta dormir!
Eso sí, ya no tenemos el tiempo de ocio que teníamos antes, pero no lo hechamos en falta, parece increíble pero el estar todo el tiempo ocupada te da nuevas energías, fuerzas, que al caer en la cama agradeces porque duermes como un verdadero lirón, hasta que oyes que te llaman o que tú crees que te llaman jejeje.
Estamos encantadísimos con nuestro peque. Nosotros apenas le entendemos cuando nos habla en tagalo, pero él lo entiende todo y esto es así desde el primer día, no sé si es puro instinto de supervivencia o que nuestros niños han desarrollado una habilidad especial para entender y hacerse enterder ¡INCREIBLE!
Bueno, ya seguiré contando el desarrollo de nuestra adaptación, porque la de Pablo está superada con una verdadera MATRÍCULA DE HONOR.
Besosssssss a todos de unos papás casi adaptadossssssssssssssssssssss,
Vicente, Mari y Pablo
Etiquetas: testimonios