viernes, 1 de diciembre de 2006
Adopcion internacional y delincuencia institucional
Aunque un poco tarde, la excusa es siempre la falta de tiempo, traigo un artículo publicado hace más de un mes que me parece muy interesante, revelador y lamentablemente, siempre cierto:
"Todavía con un déficit de sueño importante (aún no sé si agota más el apretado programa del I Fórum Internacional de Infancia y Familias o la marcha de algunos buenos amigos que se acercaron a Barcelona con tal motivo) escribo estas primeras líneas.
Ha sido un encuentro muy interesante, aunque tristemente la percepción exterior ha venido marcada por las declaraciones de Jaume Funes, secretario de Famílies i Infància del Departament de Benestar de la Generalitat y su repercusión en la prensa.
No es de recibo que un representante de la administración cargue la responsabilidad de posibles irregularidades en la “presión de las familias”. ¡Menudo morro! La administración (a la que el señor Funes representa) es responsable de garantizar que todos y cada uno de los procesos de adopción se hagan con las necesarias garantías. Es inaceptable que la autocrítica
(necesaria, siempre) se haga de puertas afuera, echando mierda sobre todo y todos, en lugar de tomar el toro por los cuernos y emplearse en corregir lo que no está funcionando bien.
En el mismo Fórum, Anne-Marie Crine hizo una excelente exposición sobre lo que ella llama “delincuencia institucional”. Su ponencia llevaba el título de “Secretos y Mentiras” y ponía de manifiesto una verdad cada vez menos oculta: los teóricos garantes de los procesos (administración, ecais y demás) permiten con frecuencia, ya sea por activa o por pasiva, que se
cometan numerosas irregularidades. Y cuando hablamos de irregularidades, las hay de distinta índole, algunas muy serias, que violan gravemente el Convenio de la Haya. Ayer me contaban por teléfono el caso de una familia con las maletas ya hechas, a punto de viajar a Rusia a conocer a la niña que les habían asignado, y que reciben en el último momento la noticia de que
los padres biológicos han reclamado a la niña ya que no habían consentido en su adopción. Los adoptantes estaban destrozados, pero daban gracias al cielo de que el tema se hubiera destapado antes de seguir adelante. Como señalaba Crine, no es posible construir una sólida relación padres-hijos sobre la base de la corrupción y el engaño. Las familias somos las primeras
interesadas en que los procesos de adopción se lleven a cabo en el marco de la más estricta legalidad.
En la adopción se unen el deseo de ser padres –que no el derecho– con la necesidad y el derecho del menor a tener una familia. La adopción es para nosotros una forma tan legítima como la que más de ampliar o fundar nuestra familia pero, por encima de todo, es una medida de protección de los menores desamparados. Es por ello que exigimos al señor Funes y a las autoridades competentes que asuman la responsabilidad que les otorga el Convenio de la Haya y pongan en marcha todos los mecanismos necesarios para que todas y cada una de las adopciones cumplan con todas las garantías de legalidad. Que investiguen a fondo cualquier sospecha de irregularidad. Que controlen a las ECAIS que ellos mismos han acreditado. Que dejen de escudarse en la “presión de las familias” para eludir su responsabilidad.
Un dato para la reflexión: Las cifras de UNICEF revelan que por cada niño adoptable existen tres familias solicitantes de una adopción".
Blog de Postadopción Jueves, 5 de Octubre de 2006
Ha sido un encuentro muy interesante, aunque tristemente la percepción exterior ha venido marcada por las declaraciones de Jaume Funes, secretario de Famílies i Infància del Departament de Benestar de la Generalitat y su repercusión en la prensa.
No es de recibo que un representante de la administración cargue la responsabilidad de posibles irregularidades en la “presión de las familias”. ¡Menudo morro! La administración (a la que el señor Funes representa) es responsable de garantizar que todos y cada uno de los procesos de adopción se hagan con las necesarias garantías. Es inaceptable que la autocrítica
(necesaria, siempre) se haga de puertas afuera, echando mierda sobre todo y todos, en lugar de tomar el toro por los cuernos y emplearse en corregir lo que no está funcionando bien.
En el mismo Fórum, Anne-Marie Crine hizo una excelente exposición sobre lo que ella llama “delincuencia institucional”. Su ponencia llevaba el título de “Secretos y Mentiras” y ponía de manifiesto una verdad cada vez menos oculta: los teóricos garantes de los procesos (administración, ecais y demás) permiten con frecuencia, ya sea por activa o por pasiva, que se
cometan numerosas irregularidades. Y cuando hablamos de irregularidades, las hay de distinta índole, algunas muy serias, que violan gravemente el Convenio de la Haya. Ayer me contaban por teléfono el caso de una familia con las maletas ya hechas, a punto de viajar a Rusia a conocer a la niña que les habían asignado, y que reciben en el último momento la noticia de que
los padres biológicos han reclamado a la niña ya que no habían consentido en su adopción. Los adoptantes estaban destrozados, pero daban gracias al cielo de que el tema se hubiera destapado antes de seguir adelante. Como señalaba Crine, no es posible construir una sólida relación padres-hijos sobre la base de la corrupción y el engaño. Las familias somos las primeras
interesadas en que los procesos de adopción se lleven a cabo en el marco de la más estricta legalidad.
En la adopción se unen el deseo de ser padres –que no el derecho– con la necesidad y el derecho del menor a tener una familia. La adopción es para nosotros una forma tan legítima como la que más de ampliar o fundar nuestra familia pero, por encima de todo, es una medida de protección de los menores desamparados. Es por ello que exigimos al señor Funes y a las autoridades competentes que asuman la responsabilidad que les otorga el Convenio de la Haya y pongan en marcha todos los mecanismos necesarios para que todas y cada una de las adopciones cumplan con todas las garantías de legalidad. Que investiguen a fondo cualquier sospecha de irregularidad. Que controlen a las ECAIS que ellos mismos han acreditado. Que dejen de escudarse en la “presión de las familias” para eludir su responsabilidad.
Un dato para la reflexión: Las cifras de UNICEF revelan que por cada niño adoptable existen tres familias solicitantes de una adopción".
Blog de Postadopción Jueves, 5 de Octubre de 2006
Etiquetas: noticas de actualidad