martes, 27 de enero de 2009
“Sólo pretendo que la Junta me devuelva a la niña cuanto antes”



Desde hace seis meses, Ana Pulido Gil y Ángel Manuel Merino sólo tienen un pensamiento: recuperar a Emilia, la niña guineana de tres años por cuya adopción pagaron 20.000 euros a una falsa ONG. La pareja de Pegalajar ha olvidado ya el calvario de su detención y lucha por conseguir el regreso de la menor.

“Que venga cuanto antes. No quiero otra cosa”. Todos los días, Ana Pulido mira la cama vacía que dejó la pequeña Emilia en la que fue su casa de Pegalajar durante tres meses. Lleva casi medio año sin asomarse a los grandes ojos negros que cautivaron a toda la familia. El matrimonio vio a la niña por primera vez en abril de este año.

Después de dos embarazos frustrados, Ana y Manuel decidieron adoptar. Ya habían empezado los trámites con la Junta de Andalucía para realizar una adopción internacional. Sin embargo, se interpuso en su camino la Asociación Mensajeros del Amor de Dios del África Negra. Su “presidente”, Generoso María M. M., les propuso adoptar una “negrita” de forma mucho más rápida: “Lo conocimos a través de su novia en Mancha Real. Nos dijo que todo era absolutamente legal. Hicimos todo lo que nos ordenaba y le pagamos unos 20.000 euros, un dinero para el papeleo”, relata Ana Pulido. Incluso, tuvieron que pedir un préstamo al banco que, aún hoy, siguen pagando religiosamente.

En abril de 2007, dos años después de contactar con Generoso María M. M., la niña llegó a la casa de acogida. “Cuando vino tenía dos años y estaba muy mal. Tan sólo pesaba doce kilos. Le dimos el cariño que necesitaba y a nosotros nos llenó un vacío enorme”, recuerda Ana Pulido.


Detenidos

Sin embargo, la alegría duró poco. La Policía contactó con el matrimonio para que acudiera a la Comisaría: “Pensamos que era un trámite más”, dice la mujer. Sin embargo, en las dependencias policiales, los técnicos de la Junta de Andalucía les dijeron que la niña no volvería a Pegalajar, porque su proceso de adopción había sido ilegal: “Se nos vino el mundo abajo, no lo podíamos entender. Nos quitaron a la niña como si fuera un perro y a nosotros nos trataron como a delincuentes. La Policía nos detuvo. Fue un día horrible que no quiero ni recordar”, relata la mujer.

Desde entonces, han tratado de demostrar que ellos fueron víctimas de todo este asunto: “Pensábamos que todo era legal”, añade. De hecho, seis meses después de su arresto, la Justicia les ha dado la razón. El fiscal no presentó cargos contra ellos y sólo acusó a Generoso María M. M. por delitos de estafa y contra las relaciones familiares. En concreto, el Ministerio Público pide para este ciudadano de origen guineano, pero con pasaporte español, una condena de cinco años de prisión. “Es un alivio, una satisfacción enorme, que demuestra que no hicimos nada ilegal, sino que fuimos engañados por ese hombre”, explica Ana Pulido. Nosotros nunca escondimos a la pequeña. Todo lo contrario. La llevábamos al médico, al colegio y la dimos de alta en la Seguridad Social. Incluso, fuimos más de diez veces a la Comisaría, en apenas tres meses para completar los trámites burocráticos necesarios, para formalizar la adopción. ¿Haríamos todo eso si hubiéramos cometido un delito?”, se pregunta.

Su único deseo ahora es volver a tener a la pequeña Emilia a su lado. No la han visto desde entonces, desde el fatídico día en que se la quitaron. La Consejería de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía se hizo cargo de ella y, ahora, otra familia la tiene en régimen de acogida. “Pienso que cierta funcionaria de la Junta tendría que valorar lo que nosotros hemos hecho por la niña, que la Justicia ha dicho que somos inocentes y que tenemos el derecho a reclamar la custodia y que nos la concedan cuanto antes”, dice la mujer, quien considera que el factor tiempo corre en contra de ellos y de la propia Emilia. Por eso, simplemente, reclama “comprensión” a la Administración y que vuelvan a estudiar el asunto. “No pararemos hasta que la niña vuelva”, concluye.



Rafael Abolafia
DiarioJaen.es




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Enrique Campoamor a las 10:58 a. m. | Permalink |


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