lunes, 16 de noviembre de 2009
Las adopciones internacionales sufren la mayor caída de los últimos cinco años



El paro y los problemas económicos reducen en más de un tercio las solicitudes para traer a niños de otros países

Ni las restricciones de los países de origen ni el endurecimiento de los requisitos de las propias administraciones han conseguido lastrar tanto el interés de los gaditanos por adoptar como la mala situación económica. El número de solicitudes, que se había mantenido en ascenso, ha sufrido la peor caída de los últimos cinco años, especialmente en el segundo semestre cuando se registraron apenas 67, frente a las 114 que se formalizaron hasta junio de 2008, según los datos publicados en el informe anual del Observatorio Andaluz de la Infancia.

Ya se han dado casos de padres que han retirado la documentación, a pesar de haber realizado el gasto de los informes psicológicos y la tramitación de los expedientes. La perseverancia ha sido hasta ahora una de las mejores características de los solicitantes, para los que arrojar la toalla ni siquiera sea una opción. Pero no hay fuerza de voluntad que resista a la imposibilidad de hacer frente a los costes del proceso.

La mayor parte de los niños que llegan a la provincia para formar parte de una familia proceden de Rusia. Una vez superado el periodo de restricción, el país ha vuelto a abrir las fronteras, aunque ha endurecido los requisitos y sólo actúa a través de entidades acreditadas para formalizar las adopciones, las ecais, que son meros intermediarios entre los adoptantes y las administraciones.


Más posibilidades

Precisamente, la restricción temporal de las adopciones en Rusia abrió el abanico a otros territorios de la Europa del Este como Polonia, Bulgaria o Kazajstán, donde aumentó el número de solicitudes por primera vez en cinco años. Es curioso el caso de la provincia, que es la más interesada en países africanos, tal como explica Miguel Ángel Anguita, presidente de la ecai Creixer Junts, con delegación en Sevilla. Según los datos que maneja, el 70% de los impresos para Senegal proceden de familias gaditanas. «Me da la impresión de que el gaditano es más abierto», asegura.

Anguita lamenta que las familias se vean forzadas a paralizar sus expedientes después de todo lo que supone iniciar el proceso, «no sólo por el dinero invertido, sino por la carga emocional que conlleva». Creixer Junts es una de las pocas ecais que aún mantienen la acreditación para tramitar solicitudes en Rusia.

Cuando se elige este país para adoptar son necesarios hasta tres viajes antes de que el menor venga a España. Además de cumplimentar toda la documentación, que hay que traducir previamente. «Desde hace un año el proceso ruso se ha normalizado y se tramitan expedientes con normalidad», insiste el responsable de la entidad.

Se trata de uno de los principales receptores por su gran superficie y aunque se abran las posibilidades a los demás países europeos, nunca podrán llegar a los mismos índices.

El proceso de adopción es distinto en cada país y son los propios gobiernos los que imponen los requisitos. Dependiendo de estas condiciones, el tiempo de espera puede dilatarse de uno a tres años. La media está en año y medio, aunque en el caso de China se encuentra en torno a tres.

El boom de la adopción en el país asiático terminó con el despegue económico y las mejoras de los servicios sociales motivaron las nuevas exigencias. Entre ellas se encuentra la obligatoriedad de que los adoptantes sean pareja, tenga un nivel de estudios superiores y unos ingresos económicos de un mínimo de 30.000 euros anuales.


Niños españoles

El proceso se complica aún más cuando la intención es volver a casa con un niño español. Durante 2008 se enviaron 70 solicitudes en la provincia, una de las que más registró y en ese año apenas se aprobaron 23. Uno de los frenos del proceso en España se encuentra en que la mayoría de parejas quieren a menores de entre cero y tres años y, preferiblemente, que sean sanos y no se traten de grupos de hermanos.

Las comunidades autónomas son las que deciden cuáles son aptos para la adopción y cuáles no. En el caso de Andalucía, la lista está cerrada desde 1998, salvo la de niños con necesidades especiales que viven en centros de la Junta. Dentro de éstos están los mayores de siete años, los grupos de hermanos y los que sufren algún tipo de discapacidad o son portadores del virus del sida.

Fuentes del departamento de adopciones de la Delegación provincial para la Igualdad y Bienestar Social explican que la adopción de niños españoles «es la última de las opciones que se toman; siempre se intenta que el menor recuperen su entorno familiar primitivo». Es por eso que, en caso de que se retire el niño a los padres, se intenta que de él se ocupe un familiar cercanos. Si ninguno puede hacerse cargo de él, se le encarga su cuidado a una familia de acogida de urgencia. Esta figura se suele confundir con la adopción; sin embargo, está definida por su carácter temporal, que no se prolonga durante más de nueve meses, y reciben una compensación económica.

Elena Martos
DiarioSur.es



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