martes, 12 de enero de 2010
Hablar a los niños de su origen
El Centro Universitario de Psicología de la Familia, Etxadi, se dirige a los ciudadanos de Urola Garaia con un tema con el que, en esta ocasión, pretende ayudarles a favorecer la adaptación en los casos de adopción.
Según los doctores Ainhoa Manzano Fernández y Juan Luís Martín Ayala, «en las familias adoptivas la transición a la paternidad y/o maternidad, se desarrolla de forma diferenciada y es importante que se de la adaptación mutua, el ajuste del hogar y de la vida familiar a las características del niño/a», dicen. Así, según cuales sean éstas y cómo sea su manejo por parte de los demás miembros de la familia, la adaptación será o muy sencilla o muy complicada.
De esta manera, los doctores han querido indicar, con una serie de pautas, cuáles son los comportamientos más convenientes en los casos de adopción. Aseguran que es importante trabajar la historia personal para el desarrollo del sentimiento de identidad personal y de su ajuste psicológico. «Las familias deben ser conscientes de que si no revelan sus orígenes a sus hijos es muy posible que lo descubran accidentalmente minando el sentimiento de confianza dentro del sistema familiar», comentan. Así, aconsejan hablar de su adopción con naturalidad y de forma adecuada a su edad (comenzar entre los dos y los tres años).
También recomiendan permitir un espacio emocional positivo en la vida del niño o niña para su familia de origen: permitir que hable de ellos, que exprese sus emociones de manera natural y ayudarle a regularlas. Debemos evitar los prejuicios y reproches relativos a su familia de origen: «no es conveniente insistir en los aspectos negativos de la familia de origen», recomiendan desde Etxadi. «Debemos comprender que el niño o niña pueda sentirse avergonzado o dolido por haber sido abandonado. Hay que facilitar la expresión de estos sentimientos, del sentimiento de pertenencia a la familia; que sienta que su nueva familia se mantendrá a su lado de manera incondicional, y facilitar el ajuste con sus nuevos hermanos y hermanas», dicen Manzano y Martín.
Por otro lado, tampoco es aconsejable la sobreprotección, ya que es bueno exigirles un cierto nivel de responsabilidad y de fomento de la autonomía adecuados a su edad y nivel de desarrollo.
«Tampoco debemos utilizar la condición de adoptado como "cajón de sastre» explicativo de cualquier problema que pueda presentar», aconsejan. Según aprecian los doctores, en aquellos casos en los que ha habido deprivaciones intensas conviene diagnosticarlas adecuadamente y apoyar su recuperación con un programa realista de estimulación. También será importante facilitar la comunicación con otras familias que tienen una situación similar ya que puede resultar satisfactoria y puede facilitar la búsqueda de recursos de diverso tipo para apoyar el proceso de crianza.
«Los niños necesitan tiempo para manejar sus incertidumbres y sus sentimientos. Un apego sólido y estable no se construye en unos días, ni en pocas semanas. La mayoría de los niños y las niñas adoptados evolucionan bien en sus relaciones de apego y se adaptan bien a su familia», indican. El grado de dificultad variará en función de lo difíciles que hayan sido las experiencias vividas antes de la adopción.
Miryam Galilea y Alto Urola
DiarioVasco.com
Según los doctores Ainhoa Manzano Fernández y Juan Luís Martín Ayala, «en las familias adoptivas la transición a la paternidad y/o maternidad, se desarrolla de forma diferenciada y es importante que se de la adaptación mutua, el ajuste del hogar y de la vida familiar a las características del niño/a», dicen. Así, según cuales sean éstas y cómo sea su manejo por parte de los demás miembros de la familia, la adaptación será o muy sencilla o muy complicada.
De esta manera, los doctores han querido indicar, con una serie de pautas, cuáles son los comportamientos más convenientes en los casos de adopción. Aseguran que es importante trabajar la historia personal para el desarrollo del sentimiento de identidad personal y de su ajuste psicológico. «Las familias deben ser conscientes de que si no revelan sus orígenes a sus hijos es muy posible que lo descubran accidentalmente minando el sentimiento de confianza dentro del sistema familiar», comentan. Así, aconsejan hablar de su adopción con naturalidad y de forma adecuada a su edad (comenzar entre los dos y los tres años).
También recomiendan permitir un espacio emocional positivo en la vida del niño o niña para su familia de origen: permitir que hable de ellos, que exprese sus emociones de manera natural y ayudarle a regularlas. Debemos evitar los prejuicios y reproches relativos a su familia de origen: «no es conveniente insistir en los aspectos negativos de la familia de origen», recomiendan desde Etxadi. «Debemos comprender que el niño o niña pueda sentirse avergonzado o dolido por haber sido abandonado. Hay que facilitar la expresión de estos sentimientos, del sentimiento de pertenencia a la familia; que sienta que su nueva familia se mantendrá a su lado de manera incondicional, y facilitar el ajuste con sus nuevos hermanos y hermanas», dicen Manzano y Martín.
Por otro lado, tampoco es aconsejable la sobreprotección, ya que es bueno exigirles un cierto nivel de responsabilidad y de fomento de la autonomía adecuados a su edad y nivel de desarrollo.
«Tampoco debemos utilizar la condición de adoptado como "cajón de sastre» explicativo de cualquier problema que pueda presentar», aconsejan. Según aprecian los doctores, en aquellos casos en los que ha habido deprivaciones intensas conviene diagnosticarlas adecuadamente y apoyar su recuperación con un programa realista de estimulación. También será importante facilitar la comunicación con otras familias que tienen una situación similar ya que puede resultar satisfactoria y puede facilitar la búsqueda de recursos de diverso tipo para apoyar el proceso de crianza.
«Los niños necesitan tiempo para manejar sus incertidumbres y sus sentimientos. Un apego sólido y estable no se construye en unos días, ni en pocas semanas. La mayoría de los niños y las niñas adoptados evolucionan bien en sus relaciones de apego y se adaptan bien a su familia», indican. El grado de dificultad variará en función de lo difíciles que hayan sido las experiencias vividas antes de la adopción.
Miryam Galilea y Alto Urola
DiarioVasco.com
Etiquetas: noticias de actualidad