lunes, 28 de junio de 2010
Familia Aboitiz en Filipinas


Erramon Aboitiz




Desde hace tiempo olvidaron su lengua y sus raíces empiezan a difuminarse, pero los vascos, algunos de los cuales llegaron en el siglo XVI, aún prosperan en Filipinas, como en el caso de la familia Aboitiz, al frente de uno de los conglomerados más importantes del país.

De un comercio de cuerdas fundado en el siglo XIX por Paulino Aboitiz, en medio del declive de la era colonial española, sus descendientes crearon un imperio de la electricidad, el transporte marítimo y aéreo, la banca, la construcción y el sector inmobiliario.

En los años 1920, la empresa familiar estaba al borde de la bancarrota, pero la familia logró diversificar su actividad, entonces centrada en el azúcar y el aceite, para dar nacimiento a uno de los principales grupos del país, aún administrado desde la isla de Cebu.

Este logro, Erramon Aboitiz, de 52 años, el actual director general de la empresa, formado en Estados Unidos, lo atribuye en parte a su sangre vasca. "Los vascos son trabajadores asiduos e infatigables. En España uno se puede dar cuenta que las provincias vascas son ricas e industriales", explica.

Los primeros vascos llegaron a Filipinas tras los pasos de Andrés de Urdaneta y del primer gobernador de las islas, Miguel Lopez de Legazpi, oriundo de Zumárraga, en la provincia de Guipúzcoa.

Unas familias fundan en el archipiélago importantes haciendas, algunas amasan fortunas, pero el movimiento de los vascos a las islas llega a su fin cuando sus provincias de origen se desarrollan.

Hoy, los Aboitiz junto con los Zobel de Ayalas, que controlan el primer conglomerado filipino Ayala Corp., representan las dos familias filipinas más importantes de origen vasco. El grupo cuenta unos 31.000 empleados y dos de sus directores, Jon Ramon y Enrique Aboitiz, figuran en la lista de las 40 primeras fortunas del país, publicada por la revista Forbes.

Cotizado en bolsa desde 1994, el conglomerado Aboitiz Equity Ventures representa una capitalización de 1.630 millones de dólares.

Orgulloso de sus raíces, Erramon Aboitiz, sexta generación al frente del grupo familiar, admite que ya no habla euskera. "La última generación que lo hablaba un poco era la de mi abuelo", asegura. "Creemos en las tradiciones y estamos atentos a la manera en que las cosas se hacían en el pasado. Pero nos preparamos también para el futuro y no le tememos miedo al cambio cuando es necesario", afirma.

El grupo supo aprovechar las oportunidades con las privatizaciones del sector energético, hace diez años, para invertir masivamente. Este sector representa más de la mitad de sus beneficios.

Ricardo Lacons, uno de los altos directivos del grupo, estima que la adopción de métodos de administración modernos explica, antes que las tradiciones vascas, el éxito del grupo. Pero, asegura por su parte Erramon Aboitiz, no por ello se deja de lado la herencia secular.


Cecil Morella (AFP)






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Enrique Campoamor a las 9:53 a. m. | Permalink |


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