martes, 8 de mayo de 2012
Filipinas quiere ser la próxima Las Vegas



El empresario Enrique Razón confía en que su país puede dejar atrás un historial de violencia y de pobreza

El próximo campo de batalla en la guerra de los casinos está tomando forma en un lugar inusual: un terreno polvoriento con vistas a un puerto y unas puestas de sol cegadoras.

En una industria dominada por los magnates internacionales, un empresario local que hizo su fortuna como operador de puertos apuesta a ganador.

Enrique "Ricky'' Razón Jr. dice que Filipinas se convertirá en la siguiente meca del juego, un destino rival de Macau y de Las Vegas.

Es mucho lo que está en juego. PricewaterhouseCoopers dice que "un cambio fundamental'' en la industria de los casinos globales significa que Asia sobrepasará a Estados Unidos durante el año próximo como el mercado regional más grande del mundo en términos de facturación. El territorio chino de Macau amasa unos ingresos del orden de US$33.500 millones anuales con el juego, cinco veces más que Las Vegas.

No obstante, Razón y sus rivales tendrán que superar la historia de Filipinas de pobreza, desastres naturales, secuestros y terrorismo. En 2010, un ex oficial de policía secuestró un autobús y mató a ocho turistas de Hong Kong.

Razón cuenta que se está invirtiendo US$1.200 millones, de los cuales US$200 millones vienen de su bolsillo, para construir su propio casino e instalaciones de alojamiento. Su empresa, Bloomsberry Resorts Corp., planea abrir el lujoso Solaire Manila a principios del año próximo. La primera fase tendrá 300 mesas de juego, restaurantes de lujo, salas de reunión y villas VIP con vistas a la bahía de Manila.

"Nuestra estrategia principal es realmente atraer a los pesos pesados extranjeros'', declara Razón, cuyo padre gestionaba un casino flotante en la bahía de Manila con el magnate del juego de Macau, Stanley Ho, durante la dictadura de Ferdinando Marcos. Razón espera que las bajas tasas de impuestos en Filipinas atraigan a jugadores de países como China y Corea del Sur.

El alto y bronceado hombre de 52 años no está solo en su apuesta por Filipinas. Otros tres proyectos están en marcha en un área en la que el gobierno espera que se convierta en una versión de Las Vegas en Manila. Mientras que compañías estadounidenses como Wynn Resorts Ltd. y Las Vegas Sands Corp. han transformado Macau, Las Vegas y Singapur en centros de juegos a nivel mundial, los promotores asiáticos respaldan los nuevos complejos turísticos en Manila.

Razón, cuyo patrimonio neto bordea los US$1.600 millones según los cálculos de la revista Forbes, es consciente de las a veces brutales realidades de su país. Su oficina en el puerto de Manila está en una de las zonas más peligrosas de la ciudad, rodeada por un barrio marginal que apesta a aguas residuales.

Razón cuenta que se cambió el reloj a su muñeca derecha para que cuando estuviese conduciendo y sacara su brazo izquierdo por la ventana del auto los ladrones no se lo robasen.

En una entrevista, el empresario declinó hablar en detalle de sus dos hijos por preocupación ante un posible secuestro.

Los empleados que llevan mucho tiempo con Razón, el menor de cinco hermanos, lo describen como un hombre de negocios serio y directo aunque con un sentido del humor travieso.

La crisis financiera golpeó con fuerza a Razón cuando Filipinas devaluó su divisa, duplicando la deuda de su negocio portuario, International Container Services Inc. El empresario vendió participaciones para pagar la deuda.

"Fue la decisión más dolorosa'', indicó. "Lo que realmente no quería era trabajar para los bancos. No hubiésemos sido capaces de expandirnos''. Razón se propuso reconstruir su imperio con la cuenta de resultados saneada. Su imperio ahora se expande a lo largo de 17 países, desde China hasta Brasil.

Razón ha fichado a algunos ex ejecutivos de Las Vegas Sands que ayudaron a abrir el Venetian en Macao en 2007 para que dirijan el Solaire Manila.

El empresario tiene planes de seguir expandiéndose internacionalmente y dice que viaja más de 200 días al año para reunirse con funcionarios con el fin de negociar los acuerdos portuarios, relaciones que ayudarán a obtener las licencias para los casinos.

"Sea cual sea mi estilo, ese es mi estilo'', recalcó, añadiendo que no mira a otros líderes de negocios en busca de inspiración. "Les gusta escribir libros'', afirma. "En el momento en que un presidente ejecutivo empieza a tener todos esos reconocimientos vendo mis acciones… se empiezan a creer toda esa basura".





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Enrique Campoamor a las 9:39 a. m. | Permalink |


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