lunes, 12 de marzo de 2007
India pondrá cunas en la calle para evitar el asesinato de niñas


El aborto selectivo es ya una "crisis nacional", reconocen las autoridades


El Gobierno indio pondrá cunas en la calle para que los padres puedan abandonar allí a sus recién nacidas cuando no quieran criarlas, para evitar los dos millones y medio de feticidios y asesinatos de niñas que registra el país cada año. "No importa si la medida incentiva el abandono de las niñas. Es mejor esto que matarlas", dijo la ministra de la Mujer y el Desarrollo Infantil, Renuja Chowdhury, en declaraciones a la agencia india PTI.

Karty, una india de 24 años, decidió abortar cuando supo que tendría una hija. No tuvo suerte de engendrar al tan deseado varón. "Lo hice porque no podemos darnos el lujo de pagar una dote para casarla y porque queremos tener un hijo que nos cuide cuando estemos viejos. Las mujeres se van a casa de sus esposos y cuidan a sus suegros". Ésos fueron los motivos que llevaron hace un año a Karty a hacerse un legrado, reconoce a EL PAÍS. Karty es de clase media y estudió un año en la universidad antes de casarse.

El aborto selectivo o el asesinato de niñas recién nacidas en India (2,5 millones de casos al año según Unicef) se ha convertido en una "crisis nacional", dijo ayer la ministra de la Mujer y el Desarrollo Infantil, Renuja Chowdhury. Sobre todo, en áreas de clase media y más alfabetizadas.

La instalación de cunas "en todos los distritos" para que los padres desistan del infanticidio si no quieren hacerse cargo de sus hijas, es la nueva medida propuesta ayer por el Gobierno, anunciada como Proyecto cuna. "No me importa si la medida puede incentivar el abandono de las niñas. En cualquier caso es mejor eso que matarlas", dijo Chowdhury. El mensaje difundido ayer en los medios fue: "Ten a tu hija, no la mates. Si no queréis una hija, dejádnosla a nosotros".

El problema empeoró en 2003, cuando se introdujeron de manera masiva las ecografías, que permiten determinar el sexo de los fetos, y las nuevas técnicas abortivas, que empujaron a muchas familias a matar al embrión tras conocer su sexo, según la directora de la ONG Centre for Social Research (CSR), Ranjana Kumari, informa Efe. Precisamente, hasta ahora el Gobierno prohibía el ultrasonido y juzgaba a los padres y doctores que fueran descubiertos.

También, como parte de la "política informativa" en las calles de muchas ciudades, hay gigantescos carteles que muestran dibujos con una niña eligiendo marido entre cuatro hombres, y un mensaje: "Si matáis niñas, no tendréis el amor de las mujeres".

La proporción actual de nacimientos es de 800 niñas por cada 1.000 niños. Una diferencia cada vez mayor, ya que entre 1991 y 2001, la proporción pasó de 945 por mil a 927 por mil, informa Europa Press. El fenómeno, junto con la malnutrición, descompensa el equilibrio demográfico entre hombres y mujeres. En India hay en estos momentos 927 mujeres por cada 1.000 hombres.

"Existe ya un gran desequilibrio entre el número de hombres y mujeres. Hay casos de dos o tres hermanos que se casan con una sola chica", asegura a EL PAÍS Ash Roy, miembro del Instituto de Ciencias Sociales. El Proyecto cuna es una buena medida, que ataca directamente y de inmediato el problema, según el profesor.

Antes se creía que los infanticidios se daban entre las clases bajas, donde un hijo significaba un par de manos extra para trabajar. Pero los últimos datos del censo indio de 2003-2005 revelan que los Estados más ricos del norte son los que presentan índices más altos de mortalidad infantil femenina. "Lo que indica que no es sólo un problema económico, sino sobre todo social", dicen los expertos.

En diferentes puntos de cada ciudad india "se instalarán mecanismos para que los padres puedan dejar a sus bebés en secreto. No se les castigará de ninguna forma. Lo importante es salvar las vidas", se anunció ayer. Por sentado se dio que la mayoría de los bebés abandonados serán niñas. "Si los padres abandonan a sus hijas, más tarde pueden cambiar de opinión, y regresar para llevarlas con ellos", anunció la ministra.

Karty, que abortó hace un año, no se arrepiente de lo que hizo. Pero reconoce que de haber cunas en ese entonces sí hubiera pensado en "tener a la niña y ponerla en un orfanato". La propia ministra de la Mujer, Renuja Chowdhury, reconoció en un seminario la semana pasada la muerte de "10 millones de niñas en los últimos 20 años", a manos de "sus padres". Fue entonces cuando calificó la situación de "crisis nacional".

Lejos de mejorar, el drama se ha agudizado, según desveló el diario The Times of India, hasta el punto de que en el 80% de los distritos del país se ha producido un declive de la población femenina con respecto a la masculina desde el año 1991. El séptimo estudio oficial All India education puso de manifiesto en 2002 cifras alarmantes: una de cada seis niñas indias no llega a celebrar su decimoquinto cumpleaños, y, de los 12 millones de niñas que nacen en el país al año, un millón muere antes de cumplir 12 meses.

Los datos, recogidos por el diario Hindustan Times y recién publicados por el Departamento de Economía Histórica de la Universidad de Lund tras una labor de cuatro años en cinco Estados indios, señalan un amplio abanico de factores para explicar el problema.

En India, el hijo varón perpetúa el linaje, hereda la propiedad y tiene el deber de cuidar de sus padres cuando envejezcan, mientras la hija "significa" el pago, para su matrimonio, de una dote que muchas familias apenas si pueden sufragarla. Las niñas acceden con más dificultades a la educación, tienen menos posibilidades laborales porque "de todos modos, cuando se casen, se irán", y sufren un trato secundario con respecto al varón en el seno de la familia.

"Es la violencia más dolorosa, más horrenda, más indignante", dice Swami Agnivesh, un líder religioso hinduista y activista muy reconocido en India. "Para salvar tu religión, tienes que salvar a tu hija primero". Agnivesh ha encabezado distintas manifestaciones en contra del aborto selectivo.

Ana Gabriela Rojas
El País, 19/02/2007

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