lunes, 23 de noviembre de 2009
Extremadura: casi el 40% de las solicitudes de adopción de niños son rechazadas
Desde 1997, 2.675 extremeños han intentado ser padres mediante este proceso, pero apenas la tercera parte, 931, lo ha conseguido
El abandono de una recién nacida en un portal de un barrio de Badajoz la semana pasada conmocionó a la opinión pública extremeña, sorprendida de que estas situaciones sigan ocurriendo en pleno siglo XXI. A otro sector de la población, más minoritario, la noticia le impactó por diferentes motivos. Son aquellas personas que están inmersas en un proceso de adopción nacional o internacional que llevan meses y, hasta años, esperando la llegada de un hijo que no acaba de llegar.
En Extremadura desde el año 1997 se han registrado 2.675 solicitudes de adopción, 1.889 internacionales y 786 nacionales, mientras que los niños que finalmente fueron entregados en dicho régimen a familias extremeñas son 931, 638 procedentes de diferentes países del mundo y 293 españoles.
Poco más de la tercera parte (34,8%) de los que lo intentaron consiguieron, por tanto, su sueño de ser padres. Aún así, recuerdan el proceso como un camino «largo y deshumanizado» que puede extenderse durante años. Los demás se quedaron fuera en las primeras fases. Casi el 40% de los certificados de idoneidad, (informe psicosocial que determina la aptitud para ser padres adoptivos), son denegados por los técnicos de la Junta de Extremadura.
Para los aspirantes a padres este dato es el mayor indicativo de la rigidez técnica de un procedimiento «excesivamente burocratizado». Nuria Sánchez, directora general de Infancia y Familia de la Consejería de Igualdad y Empleo, hace una lectura muy diferente del dato. Para ella es una garantía de éxito. «Quizá por ser tan exigentes también somos la región que menos fracasos en adopción tiene. Van a estar más que preparados y una vez tengan aquí a su hijo no se van a venir abajo», reflexiona.
Muy críticos
Ramón Millán Cabezas y Maribel Bautista Pecellín han olvidado todo aquel «calvario» ahora que sus hijos, Antonio y Lucía, dos hermanos ucranianos de 8 y 9 años, están en casa. Su opinión sobre cómo se gestiona la adopción internacional en Extremadura es «muy crítica» tras pasar por la experiencia.
Su periplo se inició en 2005 con un viaje a Mérida en el que se interesaron por el proceso de adopción en Colombia. Todo fue mal en aquel primer intento. Lo reflejado en el expediente de idoneidad no respondía a las exigencias del país y tuvieron que dejarlo, pese a haber entregado ya un dinero a la ecai (entidad colaboradora de adopción internacional que actúa de intermediaria). Tras el fracaso, lo intentaron con China, pero tampoco salió bien y optaron por Ucrania.
Aseguran que en cada ocasión, tuvieron que conseguir un nuevo expediente de idoneidad. «Para cada país tuvimos que partir de cero. Nos evaluaron tres veces y cada vez supuso entrevistas de cuatro horas con psicólogos, que escudriñan en tu vida desde que tienes uso de razón. Yo perdí a mis padres y a dos hermanos y en cada ocasión me hicieron revivir aquello», lamenta Ramón.
Desde Infancia y Familias, Nuria Sánchez explica que es necesario hacer una revisión de cada caso cuando las familias cambian de país para hacer una adaptación a las nuevas exigencias del mismo.
Ramón y Maribel insisten en cuestionar la eficacia del departamento que dirige Sánchez. «Hay muchos técnicos acomodados, cierto desorden, se utilizan todavía medios muy rudimentarios, los expedientes se encuentran en archivadores en mitad de los pasillos, te desaniman... En nuestro caso las cosas salieron bien porque después de cuatro años nuestros niños están en casa perfectamente adaptados, pero no se nos olvida la frustración de perder el tiempo por la ineficacia del sistema», declara Ramón. No dudan en animar a todos los extremeños que así lo deseen a adoptar, pero les recomiendan ser pacientes, una de las palabras más repetidas por todos los implicados. «Han de estar muy concienciados», subraya Yolanda Palma de la ecai Interadop, con sede en Cáceres.
Al Defensor del Pueblo
En la misma línea, Pilar y José (que quieren preservar su identidad), se encontraron con «muchas puertas cerradas». Ellos tenían muy claro que además de un hijo biológico también querían uno adoptado pero querían optar por la lista nacional. Inicialmente, según Nuria Sánchez, el registro de solicitantes puede acceder a niños de toda España, aunque en la práctica, según Pilar y José, las opciones se reducen al ámbito autonómico.
Empezaron a «mover papeles» hace más de siete años. «Ya la primera entrevista fue desoladora. Entendemos que tienen que ser duros al principio, pero es que lo son hasta el final». Durante más de tres años, en los que ni siquiera obtuvieron expediente de idoneidad, estuvieron a la espera de una respuesta. Llamaron a muchos despachos, pero nadie les supo informar sobre su situación.
En 2006 decidieron enviarle un escrito al Defensor del Pueblo contándole todo lo que había pasado. «Él pidió entonces los informes pertinentes y empezó a acelerarse el proceso. Nos entrevistaron en diciembre de 2006, otra vez en marzo de 2007, nos dieron el expediente de idoneidad y en abril, nuestro hijo, que ahora tiene tres años, estaba en casa», relatan. Pese a todos los problemas, también tuvieron un final feliz.
Aracely R. Robustillo
Hoy.es
Etiquetas: noticas de actualidad
Desde Extremadura, un abrazo lleno de esperanza a todos los que os habeis quedado en el camino, con un Certificado de No Idoneidad, que aquí en esta región, como bien acabais de explicar, son demasiados "no idoneos", y de verdad que es tremendamente injusto y difícil de superar (Badajoz)