miércoles, 17 de febrero de 2010
Casi 600 familias gallegas solicitaron la adopción de un menor durante 2009
La adopción internacional fue elegida por 361 parejas, frente a las 238 peticiones nacionales. En el último año llegaron a Galicia 221 menores procedentes de otros países, 46 más que en 2008
Las solicitudes de adopción nacionales e internacionales han experimentado un ligero ascenso en 2009, donde 599 familias gallegas presentaron su petición para formar o ampliar una familia, 75 demandas más que el año anterior. La crisis económica no ha frenado el número de adopciones -en contra de algunas previsiones-, pero sí ha resultado un factor sustancial que ha hecho que las adopciones nacionales aumenten en mayor proporción que las internacionales.
Por provincias, A Coruña es la que mayor subida ha experimentado, al pasar de 198 a 285 solicitudes (102 nacionales frente a 183 internacionales). Sin embargo, Pontevedra ha descendido el número de demandas, con 17 peticiones menos que en 2008 (79 nacionales y 115 internacionales). Lugo (30 nacionales y 40 internacionales) y Ourense (28 nacionales y 23 internacionales) apenas han sufrido cambios en estos dos últimos años, según datos de la Consellería de Traballo e Benestar.
"La crisis económica tiene una influencia relativa y las variaciones parecen tener que ver más con la dificultad para tener hijos, que afecta a un número importante de parejas, y con la difusión y conocimiento social de lo que es y lo que significa la adopción", señala Alberto Pereira, psicólogo y coordinador técnico del servicio de menores de la Consellería de Traballo e Benestar.
En cuanto a los niños que llegaron a Galicia, 56 provienen de diferentes comunidades españolas y 221 de otros países, sobre todo del continente asiático y africano. Aunque una parte de la población recurre a las adopciones internacionales porque los trámites son más rápidos que en el caso de un menor español, Alberto Pereira niega que esto sea cierto. "La legislación española no ralentiza los trámites y en algunos casos pueden ser rapidísimos. Los largos periodos de espera en la adopción nacional se explican por la desproporción muy significativa entre el número de solicitantes idóneos para adoptar y el de niños que tienen la consideración de adoptables", afirma. "El hecho de que este tiempo aumente cada vez más debe de entenderse como un avance y una consolidación del sistema de protección a la infancia en nuestro país", añade.
Cuando el niño tiene más de 7 años, son tres o más hermanos o cuenta con problemas de salud, la espera puede reducirse al mínimo y la tramitación de la adopción podría realizarse en muy pocos meses. "Para estos niños, que denominamos 'con necesidades especiales', sería deseable contar con más familias deseosas y adecuadas para adoptar", indica el psicólogo.
Para las adopciones nacionales, el código civil habla de que los padres adoptantes tengan más de 25 años -en el caso de una pareja, uno de ellos- y más de 14 que el adoptado. Además, debe ser considerado idóneo por un equipo de profesionales -psicólogos y trabajadores sociales- del Servicio de Familia y Menores de la Xunta. "Cumplidos los requisitos establecidos en el código civil, el coste de la adopción nacional es cero", asegura el psicólogo Alberto Pereira.
El número de solicitudes de adopciones internacionales alcanzó su máximo en 2005 (658 peticiones), y desde entonces se ha producido una relativa ralentización (361 solicitudes en 2009). Los países para los que las familias gallegas presentaron más demandas en 2009 son Vietnam (63), Etiopía (57), Colombia (27) y Filipinas (15). "En los últimos años Etiopía ha cogido fuerza como país para adoptar, y recientemente Vietnam, hasta el punto de eclipsar estados como Rusia o China", explica Carlos Nina, secretario de la Federación de Asociaciones de Adopción Internacional. "El panorama internacional ha cambiado y es difícil colocar las solicitudes de Galicia en países tradicionales", añade.
En cuanto a la espera de las familias, todo depende del país de acogida y de la edad del menor. Mientras que antes los trámites para adoptar un niño chino se resolvían en aproximadamente año y medio, ahora puede llegar a los siete años. "Los países más ágiles son precisamente Vietnam y Etiopía, porque puedes tener al niño entre los nueve meses y un año", asegura Carlos Nina.
Los gastos de una adopción internacional varían entre los 11.000 y los 50.000 euros. Todo depende de los viajes y la estancia que la familia realice en el país del menor. "Rusia es el más caro porque se tienen que hacer hasta tres viajes y la documentación hay que traducirla, situándose entre los 32.000 y los 50.000 euros", dice Nina. Sin embargo, en Iberoamérica cuesta en torno a los 11.000 euros, incluida una convivencia en el país con el niño dos o tres meses, "como es el caso de Bolivia", explica Carlos Nina. Próximamente las familias podrán adoptar también niños en México. Y aunque supone un coste elevado para algunas familias, "los tratamientos de fertilidad están próximos a estas cifras", dice.
Por otro lado, para Nina "los responsables políticos deberían involucrarse más". "Los encargados de estos temas deberían viajar al menos una vez al año a los países donde se puede adoptar para conocer la realidad y establecer mayores relaciones", afirma.
Dudas
Las principales dudas que surgen en los padres adoptantes a la hora de presentar una solicitud giran en torno a la edad, el estado de salud, el tiempo de espera, el coste de la adopción, el proceso de integración y, en el caso de las internacionales, la elección del país. "Lo más preocupante es la incertidumbre de si vas a poder adoptar o no y si es el adecuado", afirma Carlos Nina.
En cuanto a las exigencias de las familias, para el técnico de menores de la Xunta "debemos reiterar la importancia de recibir solicitudes de adopción lo suficientemente abiertas como para que no sean los niños los que tengan que esperar por una familia que los adopte.
Tras la catástrofe de Haití, en la que miles de niños han perdido a sus padres, la sociedad gallega se ha preocupado por estos menores y se ha planteado su adopción. "Mucha gente ha llamado a nuestras oficinas para interesarse por este tema, pero les hemos explicado que este no es el momento para iniciar procedimientos de adopción", asegura Alberto Pereira, técnico de menores de la Xunta.
Hasta que el país no tenga una autoridad específica que controle la adopción, o hasta que se no den las garantías adecuadas para ellos y no se respete el interés del menor, las adopciones en un país en conflicto bélico o que ha sufrido una catástrofe quedan suspendidas. "Todo lo que había avanzado Naciones Unidas con este país para la adopción se ha quedada paralizado después de lo ocurrido", explica Carlos Nina, director de Interadop. "No hay un control y primero tienen que agotarse todas las vías para encontrar a algún familiar biológico del menor", añade.
Esta legislación española es consecuencia de la aplicación del Convenio de La Haya del año 1993, que dice que se necesita seguridad jurídica para adoptar un niño. "Este es el momento de la solidaridad a través de ONG de infancia que trabajan sobre el terreno y que entre otras prioridades tienen la de encontrar a las familias de todos los menores que están ahora mismo sin ellas", afirma Pereira.
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