miércoles, 13 de abril de 2011
Tita Cervera y la Adopción



El otro día escuché por televisión unas declaraciones que la Baronesa Thyssen (Tita Cervera) hacía a una periodista que me dejaron sencillamente perplejo. No eran declaraciones "robadas" o a la carrera, sino opiniones vertidas en la traquilidad de una casa y de forma pausada y sosegada. He tratado, durante unos cuantos días, de localizar el vídeo en que lo decía, pero me ha sido totalmente imposible. Este "prototipo" de mujer excelente dijo lo siguiente:

Sostiene la baronesa que a un hijo biológico (Borja Thyssen, en su caso), se le quiere naturalmente más que a unas hijas (sus gemelas, Carmen y Sabina) adoptadas.

Suelta esta perla de declaración y se queda tan campante. Por menos de esto, cualquiera de las miles de personas que cada año pasamos cursillos, tests y entrevistas insufribles para obtener el dichoso Certificado de idoneidad, se nos habría denegado la posibilidad de ser padres.

¿Es consciente esta señora del potencial mal que está haciendo y que hará a sus hijas adoptadas cuando crezcan? ¿Está realmente capacitada esta mujer para desempeñar el papel de madre adoptiva? Debo responder a ambas preguntas con un NO rotundo. Está claro que su preparación como madre adoptiva es nula y este hecho no debería dejarse pasar hoy en día.

Es triste que, en algunos países (afortunadamente España no es uno de ellos), se pueda alquilar el vientre de una mujer (como ocurrió en el caso que nos ocupa), como si de un contrato comercial se tratara, para alcanzar la paternidad/maternidad y que no haya ninguna institución oficial que medie en ese proceso y que evalúe a esos futuros padres, tal y como ocurre en los proceso de adopción convencionales.

¿Cómo es posible que algún país del mundo admita hoy en día que una mujer de 64 años pueda ser madre adoptiva de dos recién nacidos (como en el caso de Tita Cervera), independientemente del nivel socioeconómico que se tenga?

De todo esto y como siempre, habrá un único perjudicado, el niño adoptado, que no teniendo suficiente con lo que tiene, tendrá que sobrellevar el resto de su vida ofensas de este tipo, más aún en este caso que proceden de su propia madre.

Triste, muy triste. Yo desde aquí hago un llamamiento para que alguna institución oficial investige la valía como madre de esta mujer, porque no hay derecho a que públicamente una madre desprecie de esa forma a sus propios hijos.

Un fuerte abrazo a todos,


Enrique




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Enrique Campoamor a las 10:21 a. m. | Permalink |


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