martes, 30 de enero de 2007
Diario de una espera
Cuando empiezas todo el proceso de adopción no te paras a asimilar el tiempo de espera. Estas tomando una de las decisiones mas importantes de tu vida y después de abrir tu vida a psicólogos, asistentes sociales y administración, para que den su visto bueno a tu adopción, escoger país, traducir y enviar el expediente, esperar saber la fecha de aceptación o si falta algún documento.
A partir de la aceptación, si te paras a pensar que vas a estar entre un año y medio a dos en lista de espera, piensas: “tendré suerte y seguro que no tengo que esperar tanto, por la edad del niño y por el check list”.
Pero tampoco me obsesiono, continuamos haciendo nuestra vida normal, nuestras actividades cotidianas y van pasando los días, las semanas y los meses, aunque siempre estas pendiente del teléfono por si llega la esperada llamada.
Estás en las fiestas de la ciudad, las vacaciones o las fiestas navideñas y no puedes dejar de pensar “este año no, pero el que viene va estar aquí”. Llegan las siguientes fiestas y vacaciones y aun no ha llegado la asignación, y no puedes dejar de pensar “el año que viene seguro que sí”.
Ahora que llevo 17 meses en lista de espera, no me desespero, no miro atrás, el tiempo que ha pasado, ya está pasado y sé que ahora no puedo equivocarme mucho, mi asignación no está muy lejos, ya he superado el tiempo más duro de esta larga espera.
Continuo pendiente del teléfono y cada vez que llamo a mi familia o amigos les hago saltar el corazón, piensan que ya está y tengo que decir “no, aun no se nada”. O cuando me llama alguien de forma muy formal, el corazón me da un vuelco, para después desilusionarme cuando se aclara el motivo de la llamada.
A falta de la gran noticia lo que si estoy segura es que hice la mejor elección y que sabiendo lo que se ahora, con los ojos cerrados volvería a elegir Filipinas, cada vez estoy más enamorada de este país, de su gente, de su cultura y tradiciones.
Solo tengo que agradecer a Mònica que me lo mostrara, ya que en un principio no era mi país preferente.
Bueno, espero que las próximas noticias que os de sean las de mi asignación, aunque es verdad que también me haría ilusión la noticia de la asignación de otras familias que desde el comienzo están con nosotros.
Margarida desde Girona
A partir de la aceptación, si te paras a pensar que vas a estar entre un año y medio a dos en lista de espera, piensas: “tendré suerte y seguro que no tengo que esperar tanto, por la edad del niño y por el check list”.
Pero tampoco me obsesiono, continuamos haciendo nuestra vida normal, nuestras actividades cotidianas y van pasando los días, las semanas y los meses, aunque siempre estas pendiente del teléfono por si llega la esperada llamada.
Estás en las fiestas de la ciudad, las vacaciones o las fiestas navideñas y no puedes dejar de pensar “este año no, pero el que viene va estar aquí”. Llegan las siguientes fiestas y vacaciones y aun no ha llegado la asignación, y no puedes dejar de pensar “el año que viene seguro que sí”.
Ahora que llevo 17 meses en lista de espera, no me desespero, no miro atrás, el tiempo que ha pasado, ya está pasado y sé que ahora no puedo equivocarme mucho, mi asignación no está muy lejos, ya he superado el tiempo más duro de esta larga espera.
Continuo pendiente del teléfono y cada vez que llamo a mi familia o amigos les hago saltar el corazón, piensan que ya está y tengo que decir “no, aun no se nada”. O cuando me llama alguien de forma muy formal, el corazón me da un vuelco, para después desilusionarme cuando se aclara el motivo de la llamada.
A falta de la gran noticia lo que si estoy segura es que hice la mejor elección y que sabiendo lo que se ahora, con los ojos cerrados volvería a elegir Filipinas, cada vez estoy más enamorada de este país, de su gente, de su cultura y tradiciones.
Solo tengo que agradecer a Mònica que me lo mostrara, ya que en un principio no era mi país preferente.
Bueno, espero que las próximas noticias que os de sean las de mi asignación, aunque es verdad que también me haría ilusión la noticia de la asignación de otras familias que desde el comienzo están con nosotros.
Margarida desde Girona
Etiquetas: testimonios