martes, 31 de julio de 2007
El juez que no deja adoptar


Fernando Ferrín Calamita


Las adopciones son un trámite que tampoco parece gustar al juez de familia de Murcia Fernando Ferrín Calamita. No encajan dentro de su concepto de familia. Algunos casos se prolongan durante años cuando caen en su juzgado de primera instancia, el número nueve de la capital, según relatan fuentes de la administración regional. El magistrado ya tiene abierto un expediente sancionador por una polémica sentencia en la que concede la custodia de unas hijas al padre con el único argumento de que la madre es lesbiana. Y el decano del Colegio de Abogados de Murcia, Pedro Luis Sáez, explica que en los últimos años ha recibido varias protestas contra este juez por parte de los letrados.

Una de las actuaciones más polémicas de este juez se refiere a una adopción: Ferrín lleva más de un año impidiendo que Vanesa de las Heras adopte a la hija de su esposa. Pero profesionales del entorno judicial y de la administración murciana afirman que no sólo pone trabas en los casos de adopciones por parejas homosexuales. En otros casos, también "hace todo lo posible para que sean los padres biológicos los que se queden con los niños, aunque los servicios jurídicos y sociales del Gobierno regional no estén de acuerdo".

Cuando, por comportamientos irregulares, se quita la custodia de unos niños a sus padres, los servicios sociales de la comunidad evalúan el caso y establecen un hogar preadoptivo para ellos mientras se resuelve el trámite. Si determinan que los padres naturales no están capacitados para quedarse con los niños, hacen un informe y el documento tiene que ser ratificado por un juez, para dar una nueva familia a los menores.

"Cuando los informes llegan al juzgado número tres (el otro de familia que hay en Murcia), lo más común es que el juez dé la razón en poco tiempo a los servicios sociales", relata una fuente de la administración. En el caso de que sea Ferrín es "más complicado". Varios testimonios coinciden en señalar que el juez, siempre con la ley en la mano, "busca los resquicios legales y los errores de forma que propicien que los niños se queden con los padres biológicos". "Tiene una concepción absolutamente tradicional de la familia y no le gusta que las cosas se salgan del esquema padre, madre e hijos naturales", señala un prestigioso letrado.

Hay expedientes que llevan años en trámite y sin resolución. Una fuente de la Comunidad explica un caso en el que dio la custodia a un padre que vivía a cientos de kilómetros de Murcia y que era un total desconocido para el niño. Su única virtud parecía ser que era el progenitor biológico, aunque llevase años sin ver al menor. En esta ocasión, según las fuentes, se acogió a un defecto de forma en las notificaciones de las visitas para quitar la patria potestad a los padres adoptivos. Los servicios del menor murcianos no han confirmado ni desmentido que esta situación haya producido.

Casos como estos, que salen a la luz tras darse a conocer la sentencia sobre la madre supuestamente lesbiana, eran desde hace años el día a día en la sala de Ferrín, según cuentan alrededor de una decena de abogados consultados por este periódico. Relatan la peculiar forma de trabajar del juez, que trata por todos los medios de que las parejas lleguen a acuerdos antes de que haya juicio. Muchos letrados dicen que las coacciona para que haya tales pactos. Otros, los menos, no están de acuerdo. "No fuerza nada, simplemente procura que se llegue a un acuerdo amistoso", sostiene Lorenzo Rubio Baldó, que lleva medio siglo ejerciendo la abogacía de familia.

ElPaís.com

Etiquetas:

 

Enrique Campoamor a las 3:40 p. m. | Permalink |


0 Comments: