Amnistía Internacional denunció que el Gobierno de Filipinas continúa sin poner freno a los asesinatos extrajudiciales y desapariciones de personas relacionadas con la política o los derechos humanos.

En una carta al Ejecutivo filipino, la organización señaló que desde 2001, año en el que la presidenta Gloria Macapagal Arroyo asumió el poder, al menos 200 personas han sido asesinadas y una cifra similar han desaparecido en extrañas circunstancias.

La mayoría de las víctimas eran miembros de grupos políticos de izquierdas, organizaciones cívicas y laborales, periodistas, líderes indígenas y religiosos.

'No son una serie de crímenes sin conexión, en todos hay un denominador común, motivos políticos', señaló Amnistía Internacional en su carta al Gobierno filipino.

En su misiva, la organización comprometida con la defensa de los derechos humanos, instó al Gobierno a adoptar medidas para 'asegurar que todas las ejecuciones extrajudiciales y desapariciones son investigadas con rapidez, imparcialidad, y efectividad'.

El relator especial de Naciones Unidas sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Philip Alston, dijo el pasado mayo que en Filipinas se seguían cometiendo asesinatos políticos y que ningún culpable había sido castigado.

Por su parte Human Rights Watch denunció que policías y militares filipinos siguen librando una 'guerra sucia' contra la oposición de izquierda.

El colectivo Karapatan (Derecho) ha documentado más de 900 muertes y cerca de 400 intentos frustrados desde enero de 2001, aunque las fuerzas de seguridad admiten poco más de un centenar de muertes por razones políticas.