miércoles, 15 de octubre de 2008
Los hijos adoptados pueden sufrir miedos, problemas de sueño, celos, pasividad y enuresis
Han sufrido una situación, muchos llegan de un país lejano y deben adaptarse a una nueva familia, una nueva lengua y nuevas costumbres. Algo que no siempre resulta fácil y que puede provocarles, miedos, problemas de sueño, celos, enuresis, tristeza y pasividad. Estos son al menos los principales problemas detectados por los equipos de psicólogos de la conselleria de Bienestar Social que, a través de un convenio con la Universitat de Valencia, están llevando a cabo un programa pionero de asesoramiento e intervención en familias adoptantes.
Durante los últimos años, han atendido a 950 familias en una primera fase y a 128 menores, procedentes de la adopción internacional. Se trata de un estudio de seguimiento y evaluación de las familias que cuenta con seis fases de intervención durante todo el proceso y cuyo objetivo no es otro que mejorar la calidad de vida de las familias adoptivas.
Físicos y emocionales
El principal problema físico que se detecta al inicio de la convivencia de los menores con la familia es el bajo peso y talla, algo que ocurre en uno de cada tres casos. Pero no son los único problemas, los emocionales y de conducta se aprecian en muchos de los menores en el inicio de la convivencia. Así, suelen padecer miedo, celos y, en ocasiones, trastornos de la alimentación, enuresis, tristeza, pasividad y problemas de sueño.
En cualquier caso, los expertos destacan que a los seis meses de convivencia y tras la estimulación adecuada, presentan una evolución positiva y un buen desarrollo del apego. Ante esta situación, son muchos los padres que demandan orientación y apoyo para desarrollar buenos estilos de crianza y poder atender adecuadamente las necesidades de sus hijos, según los expertos, que destacan que el asesoramiento disminuye la ansiedad e inseguridad de los padres.
El estudio llevado a cabo por la Generalitat es el primero de España que se realiza de forma longitudinal y se inicia con dos entrevistas con las familias que han solicitado la adopción antes de la llegada del menor. Las primera se lleva a cabo en el momento de la solicitud y la segunda con posterioridad a la obtención del certificado de idoneidad, con el fin de preparar a la familia para la llegada de su hijo.
La segunda fase se inicia con la llegada del menor al hogar y consta de cinco sesiones de evaluación, tratamiento, asesoramiento y orientación tanto a los menores como a los padres. Esta fase dura dos años y su objetivo es prevenir y detectar cualquier problema o necesidad que se pueda plantear en la adaptación de los padres y de los hijos. Al primer mes de convivencia se realiza la primera de estas entrevistas y a partir de entonces se ha ce un seguimiento con periodicidad semestral, aunque el número de sesiones puede aumentar si la situación del menor o de la familia así lo requiere.
El conseller de Bienestar Social, hizo hincapié en la importancia de esta labor de acompañamiento a las familias durante el proceso de la adopción. En cuando al estudio, señaló que las conclusiones permitirá realizar los ajustes necesarios para mejorar el proceso.
Luz Derqui
www.abc.es
Durante los últimos años, han atendido a 950 familias en una primera fase y a 128 menores, procedentes de la adopción internacional. Se trata de un estudio de seguimiento y evaluación de las familias que cuenta con seis fases de intervención durante todo el proceso y cuyo objetivo no es otro que mejorar la calidad de vida de las familias adoptivas.
Físicos y emocionales
El principal problema físico que se detecta al inicio de la convivencia de los menores con la familia es el bajo peso y talla, algo que ocurre en uno de cada tres casos. Pero no son los único problemas, los emocionales y de conducta se aprecian en muchos de los menores en el inicio de la convivencia. Así, suelen padecer miedo, celos y, en ocasiones, trastornos de la alimentación, enuresis, tristeza, pasividad y problemas de sueño.
En cualquier caso, los expertos destacan que a los seis meses de convivencia y tras la estimulación adecuada, presentan una evolución positiva y un buen desarrollo del apego. Ante esta situación, son muchos los padres que demandan orientación y apoyo para desarrollar buenos estilos de crianza y poder atender adecuadamente las necesidades de sus hijos, según los expertos, que destacan que el asesoramiento disminuye la ansiedad e inseguridad de los padres.
El estudio llevado a cabo por la Generalitat es el primero de España que se realiza de forma longitudinal y se inicia con dos entrevistas con las familias que han solicitado la adopción antes de la llegada del menor. Las primera se lleva a cabo en el momento de la solicitud y la segunda con posterioridad a la obtención del certificado de idoneidad, con el fin de preparar a la familia para la llegada de su hijo.
La segunda fase se inicia con la llegada del menor al hogar y consta de cinco sesiones de evaluación, tratamiento, asesoramiento y orientación tanto a los menores como a los padres. Esta fase dura dos años y su objetivo es prevenir y detectar cualquier problema o necesidad que se pueda plantear en la adaptación de los padres y de los hijos. Al primer mes de convivencia se realiza la primera de estas entrevistas y a partir de entonces se ha ce un seguimiento con periodicidad semestral, aunque el número de sesiones puede aumentar si la situación del menor o de la familia así lo requiere.
El conseller de Bienestar Social, hizo hincapié en la importancia de esta labor de acompañamiento a las familias durante el proceso de la adopción. En cuando al estudio, señaló que las conclusiones permitirá realizar los ajustes necesarios para mejorar el proceso.
Luz Derqui
www.abc.es
Etiquetas: educación