martes, 16 de marzo de 2010
Peligra el voto electrónico en Filipinas


A casi tres meses para que se celebren los comicios legislativos en Filipinas, el primer proceso electoral automatizado de la historia del país corre serio peligro de ser un fracaso estrepitoso

A casi tres meses para que se celebren los comicios legislativos en Filipinas, el primer proceso electoral automatizado de la historia del país corre serio peligro de ser un fracaso estrepitoso y provocar un caos ingobernable.

Los constantes retrasos en los envíos de las máquinas, fallos en las mismas y denuncias anticipadas de fraude traen de cabeza a la Comisión Electoral (Comelec), cuyos funcionarios trabajan contra el reloj para resolver todos los problemas antes del próximo 9 de mayo.

En las últimas semanas, la preocupación se ha extendido a candidatos, votantes e incluso la influyente Iglesia Católica, mientras el Gobierno insiste en que el voto electrónico seguirá adelante, pase lo que pase.

Los primeros ensayos de las máquinas han tenido resultados dispares, como se comprobó en un simulacro celebrado en una escuela primaria de Pateros, un municipio de Manila.

El entusiasmo inicial de los funcionarios del Comelec se tornó en sonrojo cuando primero dio error la tarjeta SIM que envía los resultados a la computadora central, luego no se pudieron leer las papeletas y finalmente se averió la conexión a Internet, entre las carcajadas de los periodistas locales.

Los aparatos son fabricados por Smartmatic y Total Information Management, las empresas que se impusieron entre otras a la española Indra en el concurso público para desarrollar la iniciativa, cuyo objetivo es acabar con las irregularidades y el caótico sistema de recuenta que tradicionalmente ha caracterizado a las elecciones con voto manual en Filipinas.

Ambas compañías lograron el contrato en un proceso tachado de poco limpio por el resto de aspirantes, y ahora se enfrentan a un reguero de críticas por su tardanza en entregar el pedido y los defectos hallados en las máquinas.

El funcionamiento de las "urnas electrónicas" es sencillo: el elector debe rellenar a lápiz el óvalo situado junto al nombre de cada candidato, introducir la papeleta en el lector y esperar a que el sistema registre su voto.

Aunque a priori parece seguro y los resultados deberían conocerse de forma casi automática, Smartmatic ha sido acusada en el pasado de haber trucado sus aparatos para favorecer al "patrón" en Estados Unidos y Venezuela.

Por otra parte, muchos filipinos se preguntan qué pasará si fracasa el voto electrónico.

El escenario más pesimista es una situación de vacío de poder que podría ser aprovechado para que la actual presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, siga ocupando el sillón más allá de la fecha en la concluye su mandato, el 30 de junio.

"Un fallo masivo en el sistema podría llevar a un fallo total en los comicios y a una crisis constitucional sin precedente que pondría en peligro la estabilidad del país", advierte un informe de la consultora de seguridad estadounidense Pacific Strategies and Assesment.

Según las últimas encuestas, la mitad de los ciudadanos cree que un fracaso en el voto electrónico provocará una revuelta popular como la que en 1986 ayudó a derrocar al dictador Ferdinand Marcos.

Pero el presidente del Comelec, José Melo, asegura tener un plan de contingencia que evitará ese desastre.

Un enorme almacén de Manila guarda 7.000 máquinas adicionales a las 75.000 que se distribuirán a todos los colegios electorales, cada uno de los cuales dispondrá de al menos un técnico informático para resolver cualquier problema en los equipos.

Además, las autoridades locales contemplan realizar el voto manual en hasta un 30 por ciento de los distritos, localizados sobre todo en áreas remotas y la tierra sin ley de la Región Autónoma del Mindanao Musulmán, habitualmente la más conflictiva por el fraude generalizado.

Por si todo esto no fuera suficiente y en un país que no destaca por sus modernas infraestructuras, el riesgo de apagones y a un colapso de la red de telefonía móvil e Internet durante la jornada electoral eleva aún más el peligro de que todo se vaya al traste.

"Esperemos lo mejor, pero hay que estar preparados para lo peor", recomienda el senador Francis Escudero, uno de los más escépticos.



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Enrique Campoamor a las 10:19 a. m. | Permalink |


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