miércoles, 23 de enero de 2008
Padres acogedores: una segunda oportunidad para 17.000 niños españoles
Beatriz López es soltera. Siempre le gustaron los niños, pero carecía de instinto maternal. Tenía sobrinos y no quería más. Pero cuando se enteró de la cantidad de pequeños que crecen en residencias sin ningún tipo de afecto familiar no se lo pensó. Primero acogió a María, una niña con Síndrome de Down de 10 años, casi ciega. Luego apareció su hermano y también se lo llevó a casa.
Más de 17.000 niños viven en régimen de acogimiento familiar en España, según los últimos datos oficiales de 2005. Pero las asociaciones del sector calculan hay unos 13.000 en centros públicos, a la espera de encontrar unos segundos padres como Beatriz.
El Círculo de Bellas Artes de Madrid albergó a finales de octubre la celebración del primer Día Nacional del Acogimiento, con el apoyo del Ministerio de Asuntos Sociales y el Instituto Madrileño del Menor y la familia. El objetivo era dar a conocer este sistema de protección infantil y sensibilizar a la opinión pública sobre la realidad de los menores que crecen sin un paraguas familiar.
Padres acogedores de toda España se reunirán para intercambiar experiencias, plantear dudas y tratar de resolver los problemas derivados de esta situación. El encuentro, abierto al público, pretende convertirse en un "escaparate del acogimiento". Durante el mismo se celebrarán actividades para toda la familia: juegos, talleres, mesas redondas, exposiciones y conferencias.
Asignatura pendiente
"Somos capaces de llegar a la luna y de curar las enfermedades y no de resolver la situación de soledad de un niño inocente", se lamenta Beatriz. Para esta madre de familia monoparental, la experiencia, no exenta de dificultades, ha sido maravillosa. "Me dijeron que la niña tenía una discapacidad del 80% y me la imaginé como un vegetal. Pero no era cierto. Habla, interactúa y camina con ayuda. Cuando está con su hermano, me encanta verlos jugar juntos", afirma.
En la actualidad hay diversas formas de acogimiento familiar. El administrativo es el dictado por las Comunidades Autónomas, que son los organismos competentes y cuenta con el permiso de los padres biológicos. El judicial es el determinado por el juez.
Las personas interesadas en este sistema han de realizar sus solicitudes en los centros habilitados para ello. Cada Autonomía determina qué requisitos deben reunir y se encarga de su proceso de evaluación y selección.
Ayudas económicas
Según el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, con carácter general, las Comunidades Autónomas contribuyen a los gastos ordinarios y extraordinarios que conlleva el cuidado del menor a través de diversas ayudas.
"La mayoría de estos niños proceden de entornos sociales conflictivos. Acaban en centros tutelados porque, en un determinado momento, sus padres no pueden hacerse cargo de ellos por enfermedad, reclusión, accidente, rehabilitación...", explica Francisco Marzo, de la Asociación de Acogedores de Menores de la Comunidad de Madrid.
Según Marzo, los chavales mantienen encuentros periódicos con sus familias, para no perder los lazos. "Viven contigo, pero saben quienes son sus padres, lo que para muchos acogedores constituye un gran hándicap emocional".
Como contrapartida el proceso de acogimiento suele ser más rápido que el de adopción y, si la familia biológica se desentiende del menor, el acogimiento permanente se convierte en adopción.
Francisco Marzo incide en que lo mejor de ser padre de acogida es "ver que con tu ayuda los chicos salen adelante. Que tu esfuerzo ha merecido la pena".
Marta Arroyo
ElMundo.es
Más de 17.000 niños viven en régimen de acogimiento familiar en España, según los últimos datos oficiales de 2005. Pero las asociaciones del sector calculan hay unos 13.000 en centros públicos, a la espera de encontrar unos segundos padres como Beatriz.
El Círculo de Bellas Artes de Madrid albergó a finales de octubre la celebración del primer Día Nacional del Acogimiento, con el apoyo del Ministerio de Asuntos Sociales y el Instituto Madrileño del Menor y la familia. El objetivo era dar a conocer este sistema de protección infantil y sensibilizar a la opinión pública sobre la realidad de los menores que crecen sin un paraguas familiar.
Padres acogedores de toda España se reunirán para intercambiar experiencias, plantear dudas y tratar de resolver los problemas derivados de esta situación. El encuentro, abierto al público, pretende convertirse en un "escaparate del acogimiento". Durante el mismo se celebrarán actividades para toda la familia: juegos, talleres, mesas redondas, exposiciones y conferencias.
Asignatura pendiente
"Somos capaces de llegar a la luna y de curar las enfermedades y no de resolver la situación de soledad de un niño inocente", se lamenta Beatriz. Para esta madre de familia monoparental, la experiencia, no exenta de dificultades, ha sido maravillosa. "Me dijeron que la niña tenía una discapacidad del 80% y me la imaginé como un vegetal. Pero no era cierto. Habla, interactúa y camina con ayuda. Cuando está con su hermano, me encanta verlos jugar juntos", afirma.
En la actualidad hay diversas formas de acogimiento familiar. El administrativo es el dictado por las Comunidades Autónomas, que son los organismos competentes y cuenta con el permiso de los padres biológicos. El judicial es el determinado por el juez.
Las personas interesadas en este sistema han de realizar sus solicitudes en los centros habilitados para ello. Cada Autonomía determina qué requisitos deben reunir y se encarga de su proceso de evaluación y selección.
Ayudas económicas
Según el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, con carácter general, las Comunidades Autónomas contribuyen a los gastos ordinarios y extraordinarios que conlleva el cuidado del menor a través de diversas ayudas.
"La mayoría de estos niños proceden de entornos sociales conflictivos. Acaban en centros tutelados porque, en un determinado momento, sus padres no pueden hacerse cargo de ellos por enfermedad, reclusión, accidente, rehabilitación...", explica Francisco Marzo, de la Asociación de Acogedores de Menores de la Comunidad de Madrid.
Según Marzo, los chavales mantienen encuentros periódicos con sus familias, para no perder los lazos. "Viven contigo, pero saben quienes son sus padres, lo que para muchos acogedores constituye un gran hándicap emocional".
Como contrapartida el proceso de acogimiento suele ser más rápido que el de adopción y, si la familia biológica se desentiende del menor, el acogimiento permanente se convierte en adopción.
Francisco Marzo incide en que lo mejor de ser padre de acogida es "ver que con tu ayuda los chicos salen adelante. Que tu esfuerzo ha merecido la pena".
Marta Arroyo
ElMundo.es
Etiquetas: noticas de actualidad
Soy madre acogedora desde hace 14 años, pero sólo desde hace tres me consta que soy madre acogedora y no adoptiva.Tengo un maravilloso hijo al que ahora le imponen conocer a sus padres biologicos, y a los que el no quiere conocer, por favor que devo hacer?