miércoles, 4 de junio de 2008
Primeros meses con Pam



Pam



Hola a todos

Hace un par de días leí una pequeña nota de alguna persona que se preguntaba que era de mí y de Pam, así que he pensado que este es un buen momento para dar señales de vida, cuando justo hace unos pocos días que ya apenas toso.

No estoy bien, bien, pero casi. Al menos hago vida normal, que es mucha maravilla. Tiene gracia, porque llevo tres décadas trabajando y nunca he estado de baja y ahora, al día siguiente de llegar con Pam me atrapa una gripe que me deja noqueada durante mes y medio. Fue bastante frustrante esto, pues ni el cuerpo, ni la cabeza me digan de sí para atender a Pam como hubiese querido. Ella fue muy comprensiva y ayudó a que la situación no se estropease más.

Nos hemos ido conociendo en este tiempo y creando un vínculo entre las dos que ya es muy fuerte. Es un ser increíble, que me enseña mucho con su determinación, con su alegría, con su curiosidad por todo, con sus abrazos y muestras de afecto que no cambiaría por nada, por nada, por nada...

Me ha emocionado muchísimo el hecho de que haya empezado a ir a la escuela. La escuela es uno de los recuerdos felices de mi infancia y quizá por eso cuando la veo por las mañanas con su mochila y su mirada al frente, caminando seria y decidida hacia la entrada, siento algo muy intenso que me sobrecoge hasta el tuétano. Tiene una profe que me gusta y a ella también, esto es importante. Es muy empático con su situación y como también es una persona muy afable, pues que más se puede pedir... por descontado, también es un buen maestro.

No he hecho más que empezar esta experiencia de ser la madre de Pam. Me siento afortunada por tenerla a mi lado y no se que hacer con tantos sentimientos y emociones como me nacen cada día gracias a su contacto. Mi vida tiene muchas cosas buenas, pero Pam es la mejor de todas.


No os he contado nada o casi nada del viaje a Filipinas, ya que al día siguiente de llegar me quedé fuera de juego, pero aunque tarde, os escribiré en algún momento sobre aquellos días. Nada me impresionó más que conocer el orfanato "Home of Hope", el orfanato de Pam, puede que incluso más que conocerla a ella misma. Un orfanato ya impresiona en sí mismo, y deja una huella muy grande, pero es que además yo nunca hasta ese momento había visto tratar a los niños con tanto cariño y respeto, carillo y respeto que ellos, a su vez, también devolvían.

Las instalaciones de los edificios del orfanato son bastante precarias, necesitan cuidados y reformas de todo tipo, sin embargo los niños y niñas estaban impecables en todo, y sus sonrisas y la expresión tranquila y feliz de sus caras se ha vuelto inolvidable para mí.

Besos,

Charo



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Enrique Campoamor a las 9:45 a. m. | Permalink |


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