martes, 23 de diciembre de 2008
Condenan al juez Calamita a dos años de inhabilitación


Retrasó la adopción de una menor por parte de una pareja de lesbianas

Condena para el juez Fernando Ferrín Calamita que calificó a los niños adoptados por homosexuales como "cobayas humanas". El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región de Murcia ha condenado a dos años, tres meses y un día de inhabilitación para empleo o cargo público al juez de familia, por retrasar de forma maliciosa la adopción de una menor por una lesbiana. La pena para el polémico magistrado incluye una indemnización de 6.000 euros y el pago de las costas del juicio.

La condena aprecia el agravante de desprecio a la orientación sexual de la adoptante, que es la compañera sentimental de la madre biológica de la menor. La sentencia indica que el Ferrín Calamita "obró actuando por una auténtica compulsión homófoba, lo que ha de tener una indudable trascendencia penal".

El fiscal y la acusación particular habían solicitado en sus conclusiones provisionales 18 y cuatro años, respectivamente, de inhabilitación. Sin embargo, en la última sesión del juicio, el pasado día 3, dejaron a criterio de la Sala el que pudiera rebajar la pena si apreciaba que el magistrado había cometido este delito no de forma intencionada, sino por imprudencia.

Calamita aseguró que su intención al retrasar la adopción era proteger a la menor, aunque fuera de la sala donde fue juzgado afirmó que los niños adoptados por parejas homosexuales "se convierten en cobayas humanas".

Frente a la indemnización solicitada por las acusaciones, que pidieron 18.000 euros, la sentencia considera más justa la de 6.000, entre otros razonamientos, porque la adopción fue finalmente aprobada por el juez que sustituyó a Calamita al ser éste suspendido de empleo y sueldo por decisión del Consejo General del Poder Judicial.


Calamita se siente "víctima de un proceso inquisitorial"

Ferrín Calamita, que se ausentó en el momento de la lectura del fallo, dejó escrito un texto que posteriormente fue leído por un amigo personal del juez, autodenominado portavoz del magistrado. En el escrito, Calamita asegura que "no se irá de Murcia y luchará con todas las armas legales a su alcance", y advirtió de que "si es necesario llegará al Tribunal Constitucional y, por qué no, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos".

Este portavoz comentó que Calamita "interpretó la ley de acuerdo con su código deontológico e integridad personal, y esto se asemeja a un juicio meramente político". En este sentido, el magistrado ha manifestado que "la politización de la justicia es evidente por más que algunos políticos la nieguen" y ha denunciado que "la llamada Administración de Justicia española no es sino un apéndice del Ejecutivo, cuyo jefe concentra los tres poderes".

El fallo y el proceso judicial responden, según esta carta, "al simple hecho de la religión que profesa y de la que se enorgullece", según explico el portavoz del juez, del que ha dicho "tiene la conciencia muy tranquila y sólo buscó el interés de la menor".

En este sentido, Calamita ha dicho que "se me ha hecho víctima de un proceso inquisitorial, alegando que mis actuaciones son guiadas por principios religiosos, lo cual tengo que desmentir, ya que mi formación e integridad han sido adquiridas por la misma vía que todos nosotros hemos adquirido las nuestras por el hecho de ser cristianos". Y añade: "No existe libertad religiosa en España, porque un magistrado es perseguido, acosado, apartado de un caso y condenado por las creencias que profesa".



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Enrique Campoamor a las 6:37 p. m. | Permalink |


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