miércoles, 23 de mayo de 2007
Adopción y promesas electorales


Siempre que llegan períodos electorales ocurre lo mismo. Miles de promesas que luego a duras penas se cumplen si es que esa palabra existe en muchos de de nuestros políticos. Lo que ha sido una novedad para mí han sido las presenten promesas electorales relacionadas con la adopción. Quizá porque hasta ahora no estaba viviendo un proceso de adopción, el caso es que nunca me había fijado en ellas. En Tulay, a lo largo de este mes, hemos ido recogiendo un sin fin de promesas electorales cuyo común denominador era el mismo: dinero.

Dinero para subvenciones por tener hijos, tanto si son biológicos como adoptados, en muchos de los casos sin concretar en que se traducen esas ayudas o de que cantidad hablamos. Dinero para crear ayudas a la adopción, sin especificar más. Y dejo para el final la más peregrina de todas y que publiqué ayer; dinero para pagar los viajes cuando se va a recoger a nuestro hijo.

¿De verdad se cree alguien que nos van a pagar el viaje? ¿En primera clase, en turista?¿Vuelo regular, privado? ¿Y si por características del país hay que viajar dos veces? Por supuesto que también nos lo pagan, eso sí, en Baleares y si gana el PP. ¿Se han parado a pensar lo que puede costar todo eso?

¡Qué fácil es gastar el dinero de nuestros impuestos!...y que difícil es evaluar y poner solución a los verdaderos problemas que plantea la adopción.

Estoy harto de escuchar los mensajes de alarma que me llegan de muchos de vosotros ante la desesperación por los escandalosos tiempos de espera a los que tenemos que someternos muchos de nosotros para conseguir el Certificado de Idoneidad (CI).

En nuestro caso 10 meses de espera y eso que pagamos por gestión privada el estudio psicosocial. En cualquier caso es el período normal de espera en Madrid. No tuvimos el más mínimo problema, el más mínimo retraso....y diez meses de espera. Ni más ni menos. Si no hubiéramos pagado, se habría dilatado otros ocho meses más hasta un total de 15-16 meses (casi lo mismo que se tarda en esperar un asignación en Filipinas, y eso que vivimos en el primer mundo).

Me habéis contado casos de esperas de 2 años hasta conseguir el CI, por falta de personal en vuestras comunidades, o de esperas de 14 meses hasta acceder a los trabajadores sociales y psicólogos porque únicamente había un par de profesionales del sector para todas las solicitudes. Incluso en algunas provincias no existen conciertos con entidades privadas que aunque sea pagando agilizarían el proceso.

¡Qué facil es decir que nos van a pagar el viaje!

Todo esto no hace sino denotar un desconocimiento total de los problemas que sufrimos las familias adoptantes. Lo fácil es gastar un dinero que parece llover del cielo, lo difícil es mirarse el ombligo y resolver los problemas internos de nuestras administraciones.

Si de verdad nos quieren ayudar, que acorten los períodos de espera hasta conseguir el CI. Y con esto no quiero decir que se relajen los trámites, es más, se deberían de endurecer y conceder el CI a quien realmente lo mereciera y no como ahora que es un mero trámite, pero esto daría para otra reflexión aparte.

Si de verdad nos quieren ayudar, que lleguen a acuerdos con los países de origen para agilizar los trámites y acortar los tiempos de espera. En nuestro caso concreto, Filipinas, los casi dos años de espera de media son consecuencia de la carencia de medios de los organismos filipinos para gestionar más expedientes. Algo por otra parte lógico ya que estamos hablando de países subdesarrollados.

¿Saben cuántos puestos de trabajo se generarían en Filipinas para agilizar los trámites con los 2000-3000 euros que valdría nuestro viaje a Filipinas? ¿Para qué sirve la cooperación Internacional?

Estoy convencido que todos nosotros daríamos gustosos todo ese dinero que supuestamente nos van a dar unos y otros partidos si consiguiéramos que los tiempos de espera se acortaran.

Si de verdad quieren ayudar, que generen unos buenos servicios de ayuda postadoción para los padres y niños que tanta falta hacen en muchísimas Comunidades.

Desde que decidimos tener un hijo, sea biológico o adoptado, todo son privaciones económicas y evidentemente a nadie le amarga un dulce, pero nuestras verdaderas preocupaciones, nuestros verdaderos quebraderos de cabeza son otros muy distintos a cómo voy a pagar el viaje para ir a buscar a mi hijo. Si fuera necesario rehipotecaría mi casa, pediría ayuda a mis amigos y familiares, pero la lentitud en la burocracia es algo que yo no puedo solucionar y sin embargo es algo que debería ser prioritario para nuestros políticos.

Por favor, si quieren prometer cosas, infórmense de nuestras verdaderas necesidades. Si quieren ayudarnos, háganlo desde el día 1 de su legislatura, no tres meses antes de las próximas selecciones. Y por último, si quieren prometer cosas que saben que no van a cumplir, por favor no jueguen con nuestros futuros hijos, con nuestros sentimientos y con nuestras ilusiones, de verdad, con esas cosas no se juega.

Enrique

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Enrique Campoamor a las 9:21 a. m. | Permalink |


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