lunes, 21 de julio de 2008
La sabiduría de Salomón



¿No deberían tener los padres biológicos un derecho humano a su propio hijo?


Mil años antes del nacimiento de Cristo, dos mujeres discutían sobre la propiedad de un niño. ¿Cuál era la madre? Sacando su espada, Salomón amenazó con cortar al niño por la mitad, y darle una parte a cada una. La verdadera madre rápidamente renunció al niño, y el sabio Salomón se lo entregó a ella.

Tres mil años después, parece que el comportamiento humano no ha cambiado mucho. Consideremos una sentencia emitida por un tribunal de Utrecht este mes. Una mujer sin escrúpulos en Bélgica puso un anuncio en internet expresando su disposición a ser madre de alquiler. El hombre aportaría el esperma y, a cambio de 8.000 euros, la mujer sería fecundada artificialmente. Prometió entregar al niño a la pareja tras su nacimiento.

A medida que su embarazo avanzaba, pidió más dinero, a lo que la pareja se negó. Al final del séptimo mes, engañó a la pareja diciéndoles que había tenido un aborto. Después dio a luz y ofreció al niño en adopción en internet. Una pareja holandesa respondió. Los procedimientos de adopción se iniciaron en Holanda, y el niño fue legalmente adoptado según la ley holandesa. Los padres adoptivos pagaron a la madre de alquiler 15.000 euros.

Al descubrir la trampa, el padre biológico demandó a los padres adoptivos ante un tribunal belga. Pidió al juez que le devolvieran el niño a él. El juez estuvo de acuerdo, pero la pareja holandesa apeló. El tribunal de apelación sentenció después que, como la adopción se había realizado en Holanda, la decisión la debía tomar un tribunal holandés. El padre biológico presentó la demanda en Utrecht, donde el juez concluyó que al ser una adopción legal según la ley holandesa y el niño ya llevaba tres años con sus padres adoptivos y se había adaptado a su nueva familia, debía quedarse con ellos.

Aquí hay tres grupos de padres, la pareja contratante de la que el marido es el padre biológico, la madre de alquiler, que es la madre biológica, y la pareja holandesa, que son los padres adoptivos legales. Los jueces en todas partes tienden a decidir la custodia basándose en lo que entienden que es el mejor interés del niño. ¿No deberían tener los padres biológicos un derecho humano a su propio hijo? La ley reconoce desde hace tiempo que unos padres pueden perder a su hijo si no lo cuidan adecuadamente. ¿Pero qué pasa si los padres biológicos sí son adecuados? La Convención Europea de Derechos Humanos garantiza específicamente el derecho a la familia.

La maternidad de alquiler se presenta en dos formas. De hecho, el término “de alquiler” es una extraña denominación. La madre denominada así es la madre biológica. Alternativamente, la inseminación puede tener lugar en el laboratorio y la pareja contratante aportar tanto el óvulo como el esperma. La madre de alquiler es fecundada después y lleva el feto a término. Entonces es una verdadera madre de alquiler y no es madre biológica.

Imaginemos sin embargo, que la madre de alquiler no fuera la madre biológica. ¿Diría también el tribunal que los padres adoptivos prevalecen sobre el padre y la madre biológica porque el niño ha estado sin ellos durante tres años? ¿Sería esto muy diferente si fuera la madre biológica en lugar del padre biológico quien quisiera que le devolvieran el niño? ¿Es la petición de la madre biológica más fuerte que la del padre biológico?

¿Qué decidiría el sabio Salomón ante estas desconcertantes cuestiones del siglo XXI? La sabiduría francesa es prohibir todo tipo de contratos de madres de alquiler, de igual modo que prohíbe contratos de venta de órganos o de sangre.

América prohíbe la venta de niños, pero permite los contratos de “vientre de alquiler”, basándose en la teoría de que se compra un servicio prestado, igual que permite la venta de sangre.

Los británicos dicen que un contrato de maternidad de alquiler es válido si no hay un precio, pero el reembolso de los gastos puede llegar a ser bastante generoso. Seguramente, hasta un hombre tan sabio como el rey Salomón estaría hecho un lío.

Ronald Sokol
Gaceta.es

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Enrique Campoamor a las 9:32 a. m. | Permalink |


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