martes, 4 de agosto de 2009
Familias homoparentales
A pesar de que algunos sectores se empeñen en negarlo,la realidad es que en la sociedad existen diversos modelos de familia desde hace tiempo. Entre éstas podemos encontrar las familias homoparentales, formadas por una pareja de homosexuales —hombres o mujeres— que deciden tener hijos. Este modelo familiar, aunque antiquísimo, no lo ha tenido fácil. Sus defensores se han visto obligados a luchar por el reconocimiento de todos sus derechos en la sociedad.
De entrada, el primer reto al que se enfrenta una pareja homosexual que desea formar una familia es conseguir tener un hijo o hija. En este sentido tienen que superar los mismos obstáculos que una pareja heterosexual con problemas para reproducirse. Cada vez son más quienes lo consiguen; y, en parte, la gran variedad de modelos de familia que existe está determinada por el método empleado a la hora de formarla.
Históricamente, las parejas homosexuales nunca han tenido facilidades en las solicitudes de adopción. La discriminación ha sido una constante. Proviene tanto de las propias agencias de adopción —que no contemplan la posibilidad de que una pareja homosexual adopte—, como de los padres biológicos en procesos privados.
En teoría, algunos países permiten la adopción por parte de homosexuales. En la práctica, actualmente en cualquier lugar sigue siendo casi imposible que el Estado conceda un hijo a una persona lesbiana, gay o bisexual. Esto tiene consecuencias para los candidatos a progenitores. Una es que, en la mayoría de los casos de adopciones internacionales, la pareja homosexual debe mantenerse en el armario durante el proceso.
Decantarse por una adopción internacional significa que sólo uno de los padres podrá adoptar al niño en el inicio y oficialmente. En algunos países, como China o Rusia, la persona que solicita la adopción tiene que firmar una declaración jurada afirmando que NO es homosexual. La mayoría de parejas gays y lesbianas decide que uno de los dos miembros sea el padre (o madre) adoptivo legal, mientras que el otro suele jugar un papel de apoyo hasta que el niño se encuentra a salvo en su nueva casa y su nuevo país.
El enorme deseo de ser padres que tienen algunos hombres gays, aunado al prejuicio mostrado por parte de algunas agencias públicas y privadas, les ha llevado a girarse hacia la adopción de niños con necesidades especiales debido a enfermedades físicas o mentales.
En cualquiera de los casos, los homosexuales que deseaban ser padres o madres, han tenido que superar las esperas, la preparación, un proceso de evaluación frecuentemente intrusivo de sus vidas y sus hogares, la burocracia, las falsas promesas, la dolorosísima discriminación, el alto precio de seguir un embarazo, o de tener que viajar al extranjero para traer a casa un niño, o las dificultades propias de un acuerdo con alguna madre de alquiler.
Como ya hemos comentado en otras ocasiones, los estudios realizados con este tipo de familias demuestran que su fuerte deseo de tener hijos a menudo les convierte en padres o madres muy competentes. Es una pena que esta sociedad no sea capaz de organizarse mejor y todavía haya tantos niños y niñas sin poder disfrutar del amor y los cuidados de una familia, cuando hay tantas parejas y personas que, independientemente de su orientación sexual, están deseando acogerlos con todo cariño.
M. Pérez, J. J. Borrás y X. Zubieta
Soitu.es
De entrada, el primer reto al que se enfrenta una pareja homosexual que desea formar una familia es conseguir tener un hijo o hija. En este sentido tienen que superar los mismos obstáculos que una pareja heterosexual con problemas para reproducirse. Cada vez son más quienes lo consiguen; y, en parte, la gran variedad de modelos de familia que existe está determinada por el método empleado a la hora de formarla.
Históricamente, las parejas homosexuales nunca han tenido facilidades en las solicitudes de adopción. La discriminación ha sido una constante. Proviene tanto de las propias agencias de adopción —que no contemplan la posibilidad de que una pareja homosexual adopte—, como de los padres biológicos en procesos privados.
En teoría, algunos países permiten la adopción por parte de homosexuales. En la práctica, actualmente en cualquier lugar sigue siendo casi imposible que el Estado conceda un hijo a una persona lesbiana, gay o bisexual. Esto tiene consecuencias para los candidatos a progenitores. Una es que, en la mayoría de los casos de adopciones internacionales, la pareja homosexual debe mantenerse en el armario durante el proceso.
Decantarse por una adopción internacional significa que sólo uno de los padres podrá adoptar al niño en el inicio y oficialmente. En algunos países, como China o Rusia, la persona que solicita la adopción tiene que firmar una declaración jurada afirmando que NO es homosexual. La mayoría de parejas gays y lesbianas decide que uno de los dos miembros sea el padre (o madre) adoptivo legal, mientras que el otro suele jugar un papel de apoyo hasta que el niño se encuentra a salvo en su nueva casa y su nuevo país.
El enorme deseo de ser padres que tienen algunos hombres gays, aunado al prejuicio mostrado por parte de algunas agencias públicas y privadas, les ha llevado a girarse hacia la adopción de niños con necesidades especiales debido a enfermedades físicas o mentales.
En cualquiera de los casos, los homosexuales que deseaban ser padres o madres, han tenido que superar las esperas, la preparación, un proceso de evaluación frecuentemente intrusivo de sus vidas y sus hogares, la burocracia, las falsas promesas, la dolorosísima discriminación, el alto precio de seguir un embarazo, o de tener que viajar al extranjero para traer a casa un niño, o las dificultades propias de un acuerdo con alguna madre de alquiler.
Como ya hemos comentado en otras ocasiones, los estudios realizados con este tipo de familias demuestran que su fuerte deseo de tener hijos a menudo les convierte en padres o madres muy competentes. Es una pena que esta sociedad no sea capaz de organizarse mejor y todavía haya tantos niños y niñas sin poder disfrutar del amor y los cuidados de una familia, cuando hay tantas parejas y personas que, independientemente de su orientación sexual, están deseando acogerlos con todo cariño.
M. Pérez, J. J. Borrás y X. Zubieta
Soitu.es
Etiquetas: noticas de actualidad