jueves, 26 de febrero de 2009
Un millón de devotos acompañan al Nazareno Negro por las calles de Manila




Cerca de un millón de católicos venidos de todas partes del país acompañaron el pasado 9 de enero por las calles de Manila al Nazareno Negro, una talla traída por los misioneros españoles desde México en 1606 y considerada milagrosa por sus devotos.

Al grito de 'Viva Nazareno', la multitud descalza se abría paso a empellones para tocar la estatua o lanzarle las pequeñas toallas que los filipinos usan para secarse el sudor, con el objetivo de que el Cristo les cure de sus males.

'Le tengo mucha fe. Vengo cada año como hacían mi padre y mi abuelo. Me ha dado mucha suerte. Tengo salud y un buen trabajo. Al fin y al cabo, sigo vivo', explicó Ross Santos, un trabajador de la construcción de 31 años, vestido con una camiseta granate, el color de la casulla que viste el Nazareno.

La mayor manifestación religiosa de la capital cambió este año su recorrido para evitar las estrecheces de las calles de Quiapo, el barrio popular cuya iglesia aloja la talla, y que en el pasado ha sido testigo de algunas muertes por culpa de la marabunta.

En 2008, dos personas fallecieron y numerosas resultaron heridas, motivo por el cual las autoridades eclesiásticas también recomendaron a los fieles que no hicieran partícipes a los más pequeños de la 'fiesta'.

Otra de las novedades de la 402 edición de esta marcha, que conmemora la fecha en la que la figura fue trasladada desde el barrio de Intramuros a su actual morada, fue la colocación de una tecnología de GPS para seguir su posición durante todo el recorrido de 5,5 kilómetros.

La Policía también incrementó el número de efectivos hasta los 600, pues esperaba la asistencia de 2,3 millones de filipinos.

Cientos de voluntarios se afanaban porque los más fervorosos no acabaran aplastados por la masa al intentar agarrar las largas sogas que sirven para tirar de la carroza, y que son custodiadas por los cofrades.




La leyenda dice que fueron los incendios que asolaron la iglesia de Quiapo en 1791 y 1929 los que tiñeron la piel del Cristo, aunque una teoría más fiable asegura que la imagen fue tallada por un artesano azteca en México, que lo concibió oscuro a su imagen y semejanza.

El arzobispo de Manila, el cardenal Gaudencio Rosales, dijo que este color es precisamente una de las causas de la devoción de los filipinos por el Nazareno negro, al que identifican con su tono de piel, símbolo de su pobreza y sufrimiento.

'Ven a Cristo en su interior cuando sufren la pobreza y la opresión. En su devoción se aprecia el amor de Dios por ellos, aunque estén rodeados de miseria', dijo Rosales en la misa que ofició a primera hora de la mañana en el parque de Luneta, y que dio comienzo a la procesión.

Sus fieles, mayoritariamente hombres, atribuyen al Nazareno Negro incontables milagros y la prensa local ha publicado algunos de ellos durante la novena que ha precedido al día grande.

Aling Leonora aseguró al 'Manila Bulletin' que su marido se curó de un enfisema pulmonar en 2002 gracias a su fe por la venerada imagen que trajeron los monjes agustinos en 1606.

Hasta el conocido viceministro y ex presentador de televisión, Noli de Castro, atribuye sus éxitos políticos a su devoción por la figura.

De Castro, que nunca ha desvelado el objeto de sus plegarias durante los 24 años que lleva asistiendo a la tradición, pidió este año un deseo adicional al Nazareno Negro: 'Le he rogado en mis oraciones que solucione el problema de la crisis financiera global en Filipinas'.




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Enrique Campoamor a las 8:50 a. m. | Permalink |


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